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Soy pacifista sobre todas las cosas. Soy hincha de Gandhi, democrática.
Tita Merello
A los 19 yo ya sabía lo que era la vida. Sobre todo porque a esa altura ya se me habían destruído unos cuantos sueños.
Me apenan los hombres que mueren sin querer morir.
El amor no se busca, se encuentra.
Siempre estoy apurada. Dios me hizo así y no tengo más remedio que seguir para adelante.
Lo más lindo que tuve en mi vida fue el alma.
No le hice mal a nadie. Habría que ver cuáles son las malas palabras. Hay otras peores que las que digo yo: como hambre, guerra, enfermedad.
Mi primera muñeca me la regaló mi madre a los 40 años.
Yo les digo a las mujeres que traten de no deprimirse, porque la depresión es la peor enemiga del amor. Y sin amor, no hay vida.
Estoy llena de miedos, como toda mujer sola.
La vida es un espectáculo, cada cual ve lo que quiere.
Mi filosofía es sabiduría popular.
En la vida caí tantas veces que llegué a tocar el suelo con la frente, pero tuve fe para levantarme siempre. Y todo lo hice sola.
Al machismo no lo conozco, para nada. Porque a quien llegaba a mi vida y se ponía en machista yo le decía ¡Raje, raje¡
Cada mañana cuando nos despertamos, nacemos.
En este país es una condena envejecer, ser jubilado es ser muerto en vida.
Yo fui una mujer de muchas pasiones y de un solo amor. Del amor que llevo a todos lados: en mi cartera tengo una foto de Luis.
Soy una tremenda pecadora, porque fui una buscadora de amor. No me daba cuenta de que el amor no se busca, se encuentra.
Felicidad es una palabra, no creo que haya mucha gente feliz.
No me gusta magnificarme.
No hay que dar por el pito más de lo que vale.
La única frustración de mi vida es no haber tenido un hijo.
Entre nosotras dos, hay que decirlo, hay una hermosa historia de amor (refiriéndose a Malvina Pastorino, con quien compartió el amor por Luis Sandrini)
Era flaquita, negrita, linda. Bah, en realidad linda no fui nunca. Era más bien interesante, pícara, atractiva.
Yo soy un cacho de Buenos Aires.
Yo no elegí sino que la vida me ofreció algo y eso es lo que pude ser.
La verdad es que con mis 78 pirulos, me parece que estoy viviendo tiempo suplementario.
Muchacha, hacete el papanicolau.
Creo en los santos porque nunca me han prometido nada y no me han mentido.
Mi infancia fue la que pudo darme mi madre, y ella por cierto estuvo muy limitada.