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En realidad, es vergonzoso y denigrante tener que luchar por la vida y mendigar por la vida cuando tu objetivo no es la vida misma, sino algo superior a ella: el arte, la creación por la que el ser humano tiene que conquistar paz y tranquilidad y que solo aparece a la luz de la paz.
Thomas Mann
El hombre no debe dejar que la muerte reine sobre sus pensamientos en nombre de la bondad y del amor.
El tiempo es activo, produce. ¿Qué produce? Produce el cambio. El ahora no es el entonces, el aquí no es el allí, pues entre ambas cosas existe siempre el movimiento.
Lao Tsé enseña que el no-hacer es lo más provechoso de todo cuanto existe entre el cielo y la tierra. Si todos los hombres prescindieran de actuar, reinarían sobre la Tierra el descanso y la felicidad completos. ¡Ahí tiene su encuentro con la divinidad!
Mientras existimos nosotros, no existe la muerte, y, cuando existe la muerte, no existimos nosotros; por consiguiente, no hay ninguna relación real entre la muerte y nosotros; la muerte es algo que no nos atañe absolutamente en nada.
Reflexionado alguna vez acerca de esta angustiada, vanidosa y malsana inclinación a analizar mis propios procesos interiores, porque antes yo también la sentía. Pero me he dado cuenta de que no conduce sino a la confusión, la ociosidad y el desequilibrio.
El error de los literatos es creer que sólo el espíritu hace decente al hombre. Más bien es al contrario. Sólo existe la decencia donde no hay espíritu.
Detesto la locura, la aborrezco desde el fondo de mi alma, aborrezco a todos los genios desequilibrados, o semi genio; detesto todo emocionalismo, toda pose excéntrica. ¡Audacia y osadía, si! La audacia es todo, es lo único indispensable; pero una audacia serena, decorosa, correcta, como envuelta en el suave terciopelo de la ironía. ¡He ahí lo que yo soy y lo que quiero ser!
Todo lo que es perfecto en su especie debe trascender de su especie, debe ser otra cosa, algo incomparable.
Pero al establecer el postulado de lo eterno y lo infinito, ¿no destruye lógica y matemáticamente todo lo infinito y limitado? ¿No queda todo reducido a cero? ¿Es posible una sucesión en lo eterno? ¿Es posible una superposición en lo finito?
La droga pertenece al diablo, pues provoca la letargia, el estancamiento, la pasividad, el servilismo.
Todos los castigos de la Iglesia, incluso la hoguera, incluso la excomunión, fueron impuestos para salvar el alma de condenarse eternamente, cosa que no puede decirse de la furia destructora de los jacobinos.
En el fondo, al ser humano le favorece cualquier cosa menos lo que es contrario a su naturaleza, las estupideces y las medias tintas.
Las Cruzadas. Aquellas guerras civilizadoras favorecieron muy notablemente las relaciones políticas y comerciales entre los pueblos y reunieron al mundooccidental bajo el signo de un ideal.
Todo es política.
¡Qué disciplina, qué exactitud de pensamiento expresaba aquel cuerpo tenso y de juvenil perfección!
De nuevo empezaron los lamentos desgarradores, los típicos gritos hidro-cefálicos, a cuya impresión dolorosa sólo el médico es capaz de resistir, precisamente porque los reconoce como un fenómeno típico. Lo típico deja frío, sólo lo individual es capaz de trastornarnos. Así se explica la ecuanimidad de la conciencia ante el dolor.
La vida es una mera oxidación de las proteínas de las células, es de ahí de donde procede ese agradable calor animal, que a veces se siente en exceso.
Súbitamente sintió el deseo imperioso de escribir. Cierto es que, como suele decirse, Eros ama el ocio, y que sólo para el ocio ha nacido. Pero en ese momento de la crisis, su excitación le impulsaba a tranquilizar por medio de la palabra el torbellino de sus pensamientos.
Parece, pues, que la posibilidad espiritual de encontrar la salvación en el reposo está universalmente difundida entre los hombres.
No vaya a ir demasiado lejos en el culto a la muerte, demasiado lejos en la devoción por un hecho tan sencillo, sin el cual, por otra parte, no habría arquitectura, ni pintura, ni escultura, ni música, ni siquiera poesía.
¿Cómo le será permitido al poeta equivocarse, cuando su naturaleza y su destino han sido colocados en el sitio más destacado del mundo?
Al igual que el tiempo, el espacio trae consigo el olvido; aunque lo hace desprendiendo a la persona humana de sus contingencias para transportarla a un estado de libertad originaria; incluso del pedante y el burgués hace, de un solo golpe, una especie de vagabundo.
La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad.
El hombre no vive únicamente su vida personal como individuo, sino que también, consciente o inconscientemente, participa de la de su época y de la de sus contemporáneos.
¡Individualidad! ¡Ay!, lo que se es, lo que se tiene y de lo que se es capaz parece gris, pobre, insuficiente y aburrido; pero lo que no se es, no se tiene y de lo que no se es capaz, eso es precisamente lo que uno contempla con una ávida envidia.
El orden y la simplificación son los primeros pasos hacia el dominio de un tema, el enemigo real es lo desconocido.
Hijo mío, atiende con placer tus negocios durante el día, pero emprende sólo los que te permitan dormir tranquilo durante la noche.
Dos jornadas de viaje alejan al hombre -y con mucha más razón al joven cuyas débiles raíces no han profundizado aún en la existencia- de su universo cotidiano.
¿Pero qué era el humanismo? El amor de los hombres, nada más, y por eso mismo el humanismo no era otra cosa que una política, una actitud de sublevación contra todo lo que mancha y deshonra la idea del hombre.
Aquella peculiar sensación, como soñada y también como de pesadilla de que todo se mueve y no se mueve nada, de cambiante permanencia que no es sino un constante volver a empezar y una vertiginosa monotonía.
¡Cómo es el hombre! ¡Con qué facilidad puede engañarse su conciencia, encontrando en la supuesta voz del deber la licencia para la pasión!
Considero que en esta dualidad entre el espíritu y el cuerpo, el cuerpo es el principio malo y diabólico, en tanto el cuerpo es naturaleza, y la naturaleza (entendida como antítesis del espíritu, de la razón, ¡repito!) es mala; es engañosa y nefasta.
La vida no era más que una progresión por el camino lleno de aventuras del espíritu que había perdido el pudor, un reflejo del calor que causaba la vergüenza en la materia despierta a la sensualidad y que se había prestado a acoger al desencadenante de todo aquel fenómeno...
La vida es principalmente una oxidación de la albúmina de las células, es de ahí de donde procede ese agradable calor animal, que a veces se siente en exceso. Sí, vivir es morir, no hay nada que añadir a eso, une destruction organique, como no sé qué francés, con su ligereza innata, bautizó a la vida.
Porque la literatura no era otra cosa: la unión del humanismo y la política, unión que se realizaba tanto más fácilmente, cuanto que el humanismo era en sí mismo política y la política no era más que humanismo.
Pero comprendo mal cómo puede usted creer que un corazón tan desesperado, un espíritu tan frío, puede estar dotado para la música.
Su método de armonía era de una sumaria sencillez. Estableció tablas de acordes para todas las tonalidades posibles, con ayuda de las cuales cualquiera podía componer, sin esfuerzo, canciones a cuatro o cinco voces, y suscitó de este modo en la comunidad un verdadero frenesí de composición musical.
Sabemos perfectamente que introducir cambios y nuevas costumbres es el único medio del que disponemos para mantenernos vivos.
El entonces se repite sin cesar en el ahora, y el allá se repite en el aquí. Y, como por otra parte, a pesar de los más desesperados esfuerzos, no se ha podido representar un tiempo finito ni un espacio limitado, se ha decidido creer que el tiempo y el espacio son eternos e infinitos con la esperanza de conseguir una explicación un poco más perfecta.