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El silencio es el elemento en que las grandes cosas se adaptan entre si.
Thomas Carlyle
No hay acto entré los hombres tan moral como el de mandar y obedecer.
No podemos contemplar, aunque sea imperfectamente, a un gran hombre sin que de ello no nos resulte algún provecho.
Quien no trabaja no descansa.
Nadie piensa ni cree que sean verdad las cosas que pretende considerar como indiscutibles.
El presente es la viviente suma total del pasado.
El hombre ha nacido para luchar, y es como se le define mejor diciendo que es un guerrero nato y que su vida desde el principio al fin no es sino una batalla.
La biografía es la única y verdadera Historia.
Tener genio significa sobre todo, poseer una trascendente capacidad de sufrir.
Todo hombre lleva en el alma un cobarde y un héroe.
Dice Shakespeare que nosotros somos unas criaturas que miran antes y después de sí, siendo lo más sorprendente que no miremos un poco en torno nuestro y contemplemos qué es lo que está pasando ante nuestros propios ojos.
Somos el milagro de los milagros, el gran inescrutable misterio de Dios.
Al profeta podemos llamarle revelador de lo que hemos de hacer; al poeta, revelador de lo que hemos de amar.
El silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes.
La educación y la cortesía abren todas las puertas.
Para ver mejor, ¡cuánto más vale la humilde candela que el juego brillante de los fuegos artificiales!
Puede decirse que el grito de la historia nace con nosotros y que es uno de nuestros dones más importantes. En cierto sentido somos históricos todos los hombres.
Es mucho lo que una risa encierra. Ella es la clave con la que desciframos al hombre.
El hombre que no puede admirar nada, y que de ordinario no se maravilla de nada prosternándose en muda adoración..., es como unos lentes sin ojos detrás.
No es nuestra facultad lógica y razonadora, sino la imaginación la que reina sobre nosotros.
La religión de un hombre es el hecho principal de cuantos a él conciernen.
Imposible es una palabra poco afortunada; de quienes la pronuncian con frecuencia nada bueno puede esperarse.
No podrás formar una asociación con hombres faltos de sinceridad.
Es el sentimiento de injusticia lo que resulta insoportable para todos los hombres. Ningún hombre puede ni debe soportarlo.
La verdadera pobreza consiste en saber valerosamente sufrir por los demás, y en no permitir que los demás sufran por nosotros.
En los libros está el alma de todo el tiempopasado; la articulada y distinta voz del pasado, cuando ya el cuerpo y la substancia material que la emitió base desvanecido cual un sueño.
El hablar que no termina en acción, mejor suprimirlo.
Toda reforma que no signifique la de las costumbres, será siempre inoperante.
La palabra es del Tiempo; el silencio, de la Eternidad.
El trabajo es vida.
Sólo hay dos medios de pagar las deudas: por el trabajo y por el ahorro.
La soledad exaspera o apaga el corazón y pervierte o debilita las aptitudes.
Quizá ganen los impertinentes medio mundo, pero los constantes poseen el mundo entero.
La verdadera libertad del hombre consiste en que halle el camino recto y en que ande por él sin vacilaciones.
Los discursos que no conducen a alguna manera de acción más vale no pronunciarlos.
Escrito está que el fin del hombre es la acción y no el pensamiento.
Es peligroso empezar con negociaciones, y fatal terminar con ellas.
Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate.
A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
Trae el hombre reclusa en el alma una eternidad, y algo puede aprender el hombre en esta eternidad con respecto a la esencia de su alma misma.