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Nadie puede censurar o condenar a otro, porque nadie conoce perfectamente al otro.
Thomas Browne
Donde no puedo satisfacer mi razón, me complace entregarme a la fantasía.
Felices son los que van a la cama con gran música.
No creáis que el silencio es la sabiduría de los tontos; su empleo oportuno es, por el contrario, una, honra para los sabios que no tienen la debilidad, sino la virtud de callar.
Aquel que necesita compañía, necesitará a veces mala compañía.
Sé capaz de permanecer solo. No pierdas la ventaja de la soledad y de la compañía de ti mismo. Ni te baste estar contento; debe encantarte poder quedar apartado y a solas con el Todopoderoso.
Una buena causa no necesita que se la defienda apasionadamente; puede encontrar su mejor defensa en una moderada discusión.
En resumen, todos nosotros somos unos monstruos, esto es, unos compuestos de hombre y bestia.
La gran enemiga de la razón, de la virtud, de la religión: ésa es la multitud. Esa masa informe, monstruosa, que, tomada en cada una de sus partes, parece mostrarnos hombres y criaturas de Dios dotadas de razón; y que, sin embargo, en su conjunto no forman más que una gran bestia y un monstruo más portentoso que la Hidra.
Séate familiar la fisonomía de la necesidad, y bástente los sombríos colores y los primeros rasgos de la penuria ajena para declararte dónde tienes el objeto de tu generosidad.
El mundo creado no es sino un pequeño paréntesis entre eternidades.
Durante el sueño, nosotros somos algo más que nosotros mismos; el sopor del cuerpo parece no ser sino el despertar del alma. Ata los sentidos, pero liberta a la razón, y lo que concebimos despiertos, no puede parangonarse con las fantasías de nuestros ensueños.
Creer solamente en lo posible no es fe, sino simple filosofía.
No envidio a los que saben más que yo, pero me compadezco de quienes saben menos.
El ojo de Dios mira a los grandes y a los pequeños de modo muy diferente que nosotros. Aquellos que nos aparecen encumbrados sobre el Olimpo, y muy altos a nuestras miradas, pueden estar deprimidos en las hondonadas de los valles y en plano muy abajo de su trono.
Hay cierta clase de gente que cree, a ojos cerrados, todo lo que relatan los marineros.
Carecer de nombre en una noble acción es peor que una historia infamante.
Todos trabajamos contra nuestra propia cura, pues la muerte es la cura de todas las enfermedades.
El que tiene lo bastante para poder hacer bien a otros, es rico.
Doy limosna no para satisfacer el hambre de mi hermano, sino para cumplir y observar la voluntad y el mandamiento de mi Señor.
No hay para qué dar nuevos nombres y definiciones cuando se trata de virtudes y viciosauténticos.
Sé caritativo antes que la riqueza te haga codicioso.
Si tuviéramos alguna esperanza de sobrevivir al vicio o pudiéramos alcanzar una edad en que nos viéramos libres de caer en pecado, valdría la pena de que dobláramos las rodillas para impetrar la longevidad de Matusalén.
Cuando no puedo satisfacer a mi razón, me agrada secundar mi fantasía.
El arte es la perfección de la naturaleza. La naturaleza hizo un mundo y el arte otro.
Al igual que la razón se rebela contra la fe, la pasión se rebela contra la razón.
El que censura a los demás, indirectamente se alaba a sí mismo.
En cuanto al mundo, yo lo considero no como una posada, sino como un hospital, un lugar no para vivir, sino para morir en él.
Aunque viva en un desierto, nunca está el hombre solo; no ya porque está consigo y con sus pensamientos, sino porque el demonio lo acompaña.
A menudo he admirado la forma mística de Pitágoras, y el secreto mágico de los números.
Dentro de mí hay otro hombre que está contra mí.
Así como la caridad oculta una multitud de pecados, la modestia los previene.
Aceptar con contento la muerte, puede ser mejor que desearla.
Hay en nosotros ciertamente una porción de la Divinidad, algo que existía antes que los elementos y que no debe homenaje al sol.
Deja que el juicio de la gente establezca la medida de tus méritos.
No hay carretera o camino que lleve a la virtud.
Quienes no meditan ni han aprendido a estar solos, viven en prisión consigo mismos y tal vez también con otros.
No hay hombre solo, porque cada hombre es un microcosmos y lleva todo el mundo en él.
Todas las cosas son artificiales, puesto que la naturaleza es el arte de Dios.
La manera de ser inmortal es morir todos los días.