Imágenes
En los hombres la alienación se pone de manifiesto sobre todo en el hecho de que las distancias desaparecen.
Theodor Adorno
La abundancia de las cosas consumidas indiscriminadamente se vuelve funesta. Hace imposible orientarse en ella, y así como en los monstruosos almacenes hay que buscarse un guía, también la población, ahogada en ofertas, espera al suyo.
Las personas tienen que ser disuadidas de golpear hacia fuera sin reflexionar sobre sí mismas.
En virtud de la ideología de la industria cultural, el conformismo sustituye a la autonomía y a la conciencia; jamas el orden que surge de esto es confrontado con lo que pretende ser, o con los interes reales de los hombres.
Un matrimonio aceptable sería sólo aquel en que ambos tuvieran su propia vida independiente sin nada de aquella fusión producto de la comunidad de intereses determinada por factores económicos, pero que asumieran libremente una responsabilidad recíproca.
La intimidad entre las personas es indulgencia, tolerancia, reducto de las singularidades personales.
Todo arte, tomado como un medio para pasar el tiempo libre, se convierte en un entretenimiento, al tiempo que absorbe temas y formas del arte autónomo tradicional como bienes culturales.
La fuerza de la obra maestra es tal que hace innecesario el marco.
De la inmadurez de los sometidos vive la excesiva madurez de la sociedad. Cuanto más complicado y sutil es el aparato social, económico y científico, a cuyo manejo el sistema de producción ha adaptado desde hace tiempo el cuerpo, tanto más pobres son las experiencias de las que éste es capaz.
Sólo con quien te ama puedes mostrarte débil sin provocar una reacción de fuerza.
Siendo su verdadero interés la negación de la cosificación, el espíritu se desvanece cuando se consolida como un bien cultural y es distribuido con fines de consumo. El alud de informaciones minuciosas y de diversiones domesticadas corrompe y entontece al mismo tiempo.
La publicidad es hoy un principio negativo, un dispositivo de bloqueo: todo lo que no lleva su sello es económicamente sospechoso. La publicidad universal no es en absoluto necesaria para hacer conocer a la gente los productos, a los que la oferta se halla ya de por sí limitada. Sólo indirectamente sirve a la venta.
Tal es el modo de velar por el orden: hay quienes deben cooperar a él, porque, si no, no pueden vivir, y los que aun así podrían vivir son marginados porque no quieren cooperar.
La visión de la vida ha devenido en la ideología que crea la ilusión de que ya no hay vida.
El aumento de la productividad económica, que por un lado crea las condiciones para un mundo más justo, procura, por otro, al aparato técnico y a los grupos sociales que disponen de él una inmensa superioridad sobre el resto de la población. El individuo es anulado por completo frente a los poderes económicos.
Está en el sentido de la obra de arte, en la apariencia estética, ser aquello en lo que se convirtió, en la magia del primitivo, el acontecimiento nuevo, terrible: la aparición del todo en lo particular.
En la era industrial avanzada, las masas no tienen más remedio que desahogarse y reponerse como parte e la necesidad de regenerar las energías para el trabajo que consumieron en el alienante proceso productivo. Esta es la única base de masas de la cultura de masas. En ella se cimenta la poderosa industria del entretenimiento que siempre crea, satisface y reproduce nuevas necesidades.
Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie.
El progreso técnico responde al terco y estúpido deseo de no adquirir nunca baraturas, de no quedar de espaldas al proceso de producción desatado sin importar cuál sea el sentido de lo producido.
Disponer de una infancia mágica es la fuerza del débil.
Ha llegado a ser evidente que nada referente al arte es evidente: ni en él mismo, ni en su relación con la totalidad, ni siquiera en su derecho a la existencia.
El antisemitismo burgués tiene un específico fundamento económico: el disfraz del dominio como producción.
Quien quiera conocer la verdad sobre la vida inmediata tendrá que estudiar su forma alienada, los poderes objetivos que determinan la existencia individual hasta en sus zonas más ocultas.
La esperanza está, primordialmentete, en los que no hallan consuelo.
La abuelita del albergue sufre una destrucción más total en el film en colores que a causa de las bombas.
Fácilmente la 'skepsis' frente a lo no demostrado se convierte en la prohibición de pensar.
Toda unificación mística es un engaño: la impotente huella interior de la revolución rebajada.
El fascismo es totalitario incluso en el hecho de que trata de poner la rebelión de la naturaleza oprimida contra el dominio directamente al servicio de este último.
De por sí toda obra de arte busca la identidad consigo misma, esa identidad que en la realidad empírica, al ser el producto violento de una identificación impuesta por el sujeto, no se llega a conseguir. La identidad estética viene en auxilio de lo no idéntico, de lo oprimido en la realidad por nuestra presión identificadora.
La mentira, que una vez fue un medio liberal de comunicación, se ha convertido hoy en una más entre las técnicas de la desvergüenza con cuya ayuda cada individuo extiende en torno a sí la frialdad a cuyo amparo puede prosperar.
Toda obra de arte es un instante; toda obra de arte conseguida es una adquisición, un momentáneo detenerse del proceso, al manifestarse éste al ojo que lo contempla. Si las obras de arte son respuestas a sus propias preguntas, también se convierten ellas por este hecho en preguntas.
El arte que resiste inflexible es saboteado y condenado al ostracismo. Todo lo demás es desmontado, privado de su sentido y reconstruido de nuevo. El único criterio del procedimiento es alcanzar al consumidor en la forma más eficaz posible. El arte manipulado es el arte del consumidor.
A los pobres la disciplina de los otros les impide pensar, y a los ricos la suya propia. La consciencia de los dominadores hace con todo espíritu lo que antes hacía con la religión.
Los estratos básicos de la experiencia, que constituyen la motivación del arte, están emparentados con el mundo de los objetos del que se han separado. Los insolubles antagonismos de la realidad aparecen de nuevo en las obras de arte como problemas inmanentes de su forma. Y es esto, y no la inclusión de los momentos sociales, lo que define la relación del arte con la sociedad.
El arte es magia liberada de la mentira de ser verdad.
Mientras el individuo desaparece frente al aparato al que sirve, éste le provee mejor que nunca. En una situación injusta la impotencia y la ductilidad de las masas crecen con los bienes que se les otorga.
La alegría del arte es lo contrario, si se quiere, de aquello que se tiene tendencia a ver: no es su contenido sino su modo de acción, el hecho abstracto de que se trata de arte en sí, que se regocija ante aquello a quien demuestra poder.
La utopía del conocimiento es atravesar con conceptos lo que no es conceptual, sin por ello acomodar esto a aquellos. Dialéctica Negativa.
La teoría no es un simple vehículo que resulta superfluo tan pronto como se poseen los datos.
La sociedad burguesa se halla dominada por lo equivalente. Ella hace comparable lo heterogéneo reduciéndolo a grandezas abstractas. Todo lo que no se agota en números, en definitiva en el uno, se convierte para la Ilustración en apariencia.