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-Yo soy la Oscuridad Que Convoca. -No era en realidad un sonido, pero si lo hubiera sido, habría sido un siseo-. ¿Quién es usted?
Terry Pratchett
Esas nueve décimas partes del cerebro sí que son utilizadas. Y una de sus funciones es hacer que lo milagroso parezca corriente y convertir lo desusado en usual.
La historia tiene la costumbre de cambiar a las personas que se creen que la están cambiando a ella.
Por los dioses, era mucho mejor cuando éramos apenas cuatro contra ese maldito gran dragón, pensó Vimes mientras caminaban. Desde luego, casi nos quemamos vivos varias veces, pero al menos no era complicado. Era un condenado gran dragón. Podías verlo venir. No se ponía político contigo.
Hay que ver. Dinero de papel. Una práctica solo empleada por los impíos agateanos...
Pero si no tenemos cuidado podríamos alterar el futuro. Nuestra mera presencia en el pasado podría alterar el futuro. Quizá ya hayamos alterado la historia.
A la gente le gusta que les digan lo que ya saben. Se ponen incómodos cuando uno les cuenta cosas nuevas. Las cosas nuevas no son lo que se esperan.
¿Se tienen que pagar antes de comértelas? ¿Y qué pasa si son horribles?' 'Esa es la razón'.
Cinco exclamaciones. El signo seguro de una mente insana.
¿Por qué se llama Ming?, dijo el Archicanciller. El Tesorero dio un golpecito al recipiente. Hizo ming.
A propósito, ¿como anduvo eso en Callejón Vuelva Otra Vez? -dijo, estirándose y respirando profundamente.
Ah. Los preservativos.
Había trabajado duro para conseguir aquel din... bueno, los bancos y los mercaderes habían trabajado du... bueno, en alguna parte de la cadena alguien había trabajado duro para obtener aquel dinero, y ahora un tercio del mismo acababa de ser... bueno, robado, no había otra manera de describirlo.
-No crea que me conoce, señor Aporreadorson -gruñó Vimes-. No crea que tuve piedad de esos bastardos. No crea que fui misericordioso. Uno simplemente no mata a los indefensos. Uno simplemente no lo hace.
La fe es una de las fuerzas orgánicas más poderosas, puede que no sea capaz de mover montañas, al menos en el sentido literal, pero puede crear a alguien que sí sea capaz de hacerlo.
Los niños de verdad no van dando saltitos a menos que hayan tomado drogas.
Pensaba que las espadas tenían que ser rectas'. 'Tal vez empiecen rectas y luego se vayan doblando por el uso. Muchas cosas lo hacen'.
Vetinari alzó una pálida mano cuando Vimes abrió la boca para protestar.
Aquella alfombra había visto mucha vida. Tal vez incluso había hecho evolucionar alguna.
Quienes han de brillar, brillarán aunque tengan seis capas de porquería encima, mientras que los que no son relucientes, no relucen por mucho que les des con el paño.
Recuerda siempre que la multitud que aplaude tu coronación es la misma que aplaudirá tu decapitación. A la gente le gustan los espectáculos.
La vida de una persona sí pasa delante de sus ojos antes de morir. El proceso se llama Vida.
No hacer nada de magia era la principal tarea de los magos: no no hacer magia porque no pudieran, sino no hacerla pudiendo.
Conseguir una educación era un poco como una enfermedad de transmisión sexual. Te invalidaba para un montón de trabajos, y entonces tenías la urgencia de pegársela a alguien.
Los Padres nunca fueron jóvenes. Sólo estaban esperando a convertirse en Padres.
El calendario de la Teocracia de Muntab cuenta hacia abajo, no hacia arriba. Nadie sabe por qué, pero podría no ser muy buena idea quedarse a averiguarlo.
El Gremio de los Alquimistas está enfrente del Gremio de los Jugadores. Normalmente. En ocasiones está encima de él, o debajo de él, o cayendo a trozos a su alrededor.
No te saca de los líos, te mantiene fuera.
Hace un millar de años, creíamos que el mundo era un cuenco -dijo-. Hace quinientos años sabíamos que era un globo. Hoy sabemos que es plano y redondo y que viaja por el espacio a lomos de una tortuga. -Se dio la vuelta y le dedicó al sumo sacerdote otra sonrisa-. ¿No se pregunta usted qué forma resultará tener mañana?
Escribir es lo más divertido que se puede hacer sin ayuda.
-Guerra, Nobby. ¡Ja! ¿Para que sirve? -dijo.
A los dioses no les gusta que las personas no trabajen mucho. Las personas que no están ocupadas continuamente pueden empezar a pensar.
Hay una puerta. ¿A dónde va? Se queda donde está, me parece.
Vimes asintió adustamente. Aquello también tenía lógica. Las cosas se hacían porque se habían hecho siempre, y la explicación era: Pero es que siempre lo hemos hecho así. Un millón de personas muertas no pueden estar equivocadas, ¿verdad?
Vetinari golpeó con los dedos en la mesa.
Hay algo triste de verdad en un camerino vacío. Es como la ropa interior de la que se ha decidido prescindir, a la que se parece en varios aspectos. Ha visto mucha actividad. Puede que incluso haya presenciado excitación y toda la gama de las pasiones humanas. Y ahora no queda gran cosa aparte de un tenue olor.
Era el tipo de cosas que se podría esperar en la Calle de los Alquimistas. Los vecinos preferían las explosiones, que al menos eran identificables y se acababan pronto. Eran mejores que los olores, que te acechaban.
Y la Baronesa era culpable. Había muerto gente. Y Wolfgang... bueno, algunas personas simplemente eran naturalmente culpables. Era así de simple. Cualquier cosa que hacían, se convertía en un crimen, simplemente porque eran ellas las que lo hacían. Exhaló una bocanada de humo. No se debería permitir a personas como ésas salir de las cosas simplemente muriendo.
Probablemente el último sonido antes de que el Universo se repliegue sobre sí mismo, será alguien diciendo: ¿Qué ocurre si aprieto esto?.
En el Gremio de Asesinos, la promoción se efectuaba mediante examen competitivo, y la práctica era la asignatura más importante. Para ser exactos, la única.