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El buen hombre no necesita monumentos, sus hechos son sus monumentos.
Talmud
El Mundo se halla desgraciadamente a merced de los necios.
La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior, sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada.
El hombre será medido con la misma medida que él acostumbra a usar.
La corona de un buen renombre es la de mayor nobleza.
Donde no hay paz, nada florece.
Si inicias una buena acción, no la dejes incompleta.
Tres cosas son buenas en pequeña medida y malas en grande: la levadura, la sal y la duda.
Cuando un juez se sienta a juzgar al prójimo, debe sentir que una espada le apunta al corazón.
Encuenra un amigo y ascenderás un peldaño.
Tu amigo tiene un amigo, y el amigo de tu amigo tiene otro amigo; por consiguiente sé discreto.
La paz es para el mundo lo que la levadura para la masa.
Es necesario bendecir a Dios, tanto por el mal como por el bien.
Quien es piadoso con los cureles acaba por ser cruel con los piadosos.
Siete cosas causan aflicción: la calumnia, el derramamiento de sangre, el perjurio, el adulterio, la presunción, el robo y la envidia.
Cuando el sabio se enfada, deja de ser sabio.
Maldito el pecado, no el pecador.
Mejor que dar es prestar, pero ofrecer un trabajo es mejor que ambos.
Quien niega su culpa, la incrementa.
Una hermosa morada y una esposa guapa le alegran la vida al hombre.
Hermosas son las advertencias de aquellos cuyas vidas concuerdan con sus enseñanzas.
Quien busque un hermano sin fallos, se quedará sin hermanos.
Quien no añade nada a sus conocimientos, los disminuye.
Dichoso aquel que oye un insulto y simula ignorarlo, pues evita un centenar de males.
A quién se haya apartado del mal, ya no deben hacérsele reproches.
Basta que exista un solo hombre justo para que el Mundo merezca haber sido creado.
No compres objetos robados.
Lo que un niño hace puertas afuera lo aprendió puertas adentro.
Es mejor figurar entre los perseguidos que entre los perseguidores.
Dios hace sufrir a los que ama.
Si agarras demasiado lo perderás todo.
Cuando llegue el momento de morir, dijo la rana, bajaré al mar para que me devore una de sus criaturas; así, incluso mi muerte será un acto de bondad.
Quien durante cuarenta días seguidos no sufre alguna aflicción, ha recibido su recompensa en esta vida.
Una contricción sincera es más eficaz que mil flagelaciones.
Es rico quien disfruta de lo que posee.
Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados.
El trabajador mientras trabaja, no está obligado a levantarse ni al entrar el doctor más grande.
El Sol saldrá sin tu ayuda.
La arrogancia es un reino sin corona.
Sé flexible como un junco, no tieso como un ciprés.