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Es bueno para este ejército proponerse como su meta más alta desaparecer.
Subcomandante Marcos
Les enseñamos a los niños que hay tantas palabras como colores, y que hay tantos pensamientos porque de por sí el mundo es para que en él nazcan palabras. Que hay pensamientos diferentes y que debemos respetarlos... Y les enseñamos a hablar con la verdad, es decir, con el corazón.
Somos el color de la tierra.
Reúna hombres y mujeres, hábleles despacio y con cariño, ellos empezarán a andar por sí solos. Contemple con amor el mar. Descanse el séptimo día.
No necesitamos permiso para ser libres.
Sí puedes aplastar a una guerrilla bien armada, pero a unos indígenas mal armados no.
Es preferible morir con honor que vivir con la vergüenza de un tirano dictando nuestros rumbos.
Constrúyase un cielo más bien cóncavo. Píntese de verde o de café, colores terrestres y hermosos. Salpíquese de nubes a discreción.
Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, explotadas, resistiendo, diciendo ¡ya basta! Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos.
Para los grandes medios de comunicacion del mundo los medios de comunicacion neoliberal, nosotros los excluidos solo existen cuando estan muertos o en la carcel o son perseguidos.
Y miren lo que son las cosas porque, para que nos vieran, nos tapamos el rostro; para que nos nombraran, nos negamos el nombre; apostamos el presente para tener futuro; y para vivir... morimos.
Después de todo, la cultura es como el café instantáneo, es decir, es soluble, desechable y, además, no es café.
No se trata solo de padecer una injusticia, sino conocer de otras y sentirlas como si fueran propias.
Si no puedes tener la razón y la fuerza escoge siempre la razón y deja que el enemigo tenga la fuerza. En muchos combates puede la fuerza obtener la victoria, pero la lucha toda sólo la razón vence. El poderoso nunca podrá sacar razón de su fuerza, pero nosotros siempre podremos obtener fuerza de la razón.
Aquél que usa las armas para hacer valer sus ideas, es muy pobre en ideas.
La lucha es como un círculo, se puede empezar en cualquier punto, pero nunca termina.
Cuando a un tigre lo acorralas, no se rinde, pelea. Y eso es lo que están haciendo: tratando de acorralar a un tigre.
Salud y que, en las sumas y restas, gane el mañana.
Y tengo que apagar la vela, pero no la esperanza. Esa... ni muerto.
Disculpen las molestias, esto es una revolución.
Nos quieren quitar la tierra para que no tenga suelo nuestro paso.
Hermanos y hermanas de otras razas, de otro color, pero con el mismo corazón.
El poder pudre la sangre y oscurece el pensamiento.
En el suelo del tiempo, escribimos los garabatos que llamamos historia.
Para todos todo, Para nosotros nada.
No importa lo que está detrás de la máscara, sino lo que simboliza.
La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla.
Donde se explica por qué no salen las cuentas y se demuestra que la suma y la resta sólo sirven si es para sumar esperanzas y para restar cinismos.
El mundo que queremos es uno donde quepan muchos mundos. La patria que construimos es una donde quepan todos los pueblos y sus lenguas, que todos los pasos la caminen, que todos la rían, que la amanezcan todos.
Porque morir no duele, lo que duele es el olvido.
Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú.
Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan todos los mundos.
Elige un enemigo grande y esto te obligará a crecer para poder enfrentarlo. Achica tu miedo porque, si él crece, tú te harás pequeño; Me dijo el Viejo Antonio una tarde de mayo y lluvia, en esa hora en que reinan el tabaco y la palabra.
Cuelgue con cuidado una luna llena en occidente, digamos a tres cuartas sobre el horizonte respectivo. Sobre oriente inicie, lentamente, el ascenso de un sol brillante y poderoso.
Una foto es algo que nos toma de la mano y nos dice: ven a ver. El problema no es sólo qué es lo que nos lleva a ver, sino, sobre todo, la forma en que nos llevan. Si en la otra mano de la foto, van la verdad y el afán de justicia, entonces vale la pena el viaje. Si no es así, entonces más vale velar el rollo y la vida.