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La llamada de Dios requiere la acción. Cuando Dios te llama, te llama a recoger, es mejor estar dispuesto a aceptar las acusaciones de su llamado.
Steve Maraboli
Una vez que cambies de mentalidad, todo lo exterior va a cambiar junto con ella.
Nunca confundas la incapacidad de alguien para hacer algo con la incapacidad de que eso sea hecho.
Si bien la intención es la semilla de la manifestación, la acción es el agua que nutre la semilla. Tus acciones deben reflejar tus objetivos con el fin de lograr el éxito verdadero.
El valor de un momento es inconmensurable. El poder de un solo momento es el que te puede impulsar hacia el éxito y la felicidad o encadenarte al fracaso y la miseria.
Si la suerte favorece a la mente preparada, ¡entonces estoy listo!
¿Cómo sería tu vida de diferente si dejaras de hacer suposiciones y juicios negativos acerca de las personas que te encuentras? Que hoy sea ese día. Busca el bien de todos tus conocidos y respeta su viaje.
Juzgar nos impide entender una verdad nueva. Libérate de las reglas de los juicios antiguos y crea el espacio para una nueva comprensión.
Si tienes la intención de cambiar, decide lo que quieres y vive tu vida en consecuencia.
Mira a tu alrededor. Todo cambia. Todo en este mundo está en un continuo estado de evolución, afinado, mejora, adaptación... cambiando. No fuimos puestos en esta tierra para permanecer estancados.
Tu acuerdo con la realidad define tu vida.
Al final del día, que no haya excusas, ni explicaciones, ni remordimientos.
El propósito del miedo es mejorar tu conciencia pero no detener tu progreso.
En cualquier momento dado la opción de ser feliz está presente; sólo tenemos que elegir ser feliz.
La vida es la definición que damos a los eventos que se producen.
Eres lo que eres, porque es lo que has elegido ser. Si no estás satisfecho, debes cambiar desde adentro hacia afuera.
Todos podemos pelear batallas de un solo día. Es cuando añadimos la carga para dos días incontrolables, ayer y mañana, cuando nos agobiamos.
No te desanimes por las fuerzas del mal. Nada puede suceder que Dios no haya permitido.
Simplifica tu vida. No crezcas en lo espiritual, encoge lo espiritual.
¡Nunca te sorprendas por tu propio éxito!