Imágenes
No tiene sentido ignorar la verdad, y decirla en voz alta no la empeora.
Stephenie Meyer
En ese momento, al verle sonreír, caí en la cuenta de que deseaba gustarle. Del resto, de su mano sobre mi cara, de sus dedos recorriéndome el brazo... Aún no estaba segura en absoluto. Pero deseaba agradarle y que él pensara bien de mi.
Y ahí estaba él, con el rostro demasiado cerca del mío. Su belleza aturdió mi mente... Era demasiada, un exceso al que no conseguía acostumbrarme.
Y en ese momento -susurró-, pronunciaste mi nombre en sueños. Lo dijiste con tal claridad que por un momento creí que te habías despertado, pero te diste la vuelta, inquieta, musitaste mi nombre otra vez y suspiraste. Un sentimiento desconcertante y asombroso recorrió mi cuerpo. Y supe que no te podía ignorar por más tiempo.
Volveré tan pronto que no tendrás tiempo de echarme de menos. Cuida de mi corazón que lo he dejado contigo.
Si pudiéramos embotellar tu mala fortuna tendríamos entre manos un arma de destrucción masiva.
Tú eres. Bueno, no exactamente el amor de mi vida, porque espero poder quererte por mucho más tiempo que eso. El amor de mi existencia.
Y había otro problema adicional a raíz de lo que recordaba de las pocas películas de terror que había visto y que se reforzaba con aquellas lecturas: los vampiros no podían salir durante el día porque el sol los quemaría hasta reducirlos a cenizas.
Sonaba tan real, tan cercano. Sólo cuando desaprobaba mi conducta, como ahora, emergía el verdadero recuerdo de su voz, la textura aterciopelada y la entonación musical que la convertían en el más perfecto de los sonidos.
Quizá era imposible alcanzar lo mas alto sin lo bajo.
A continuación se desató una más que previsible guerra de fotografías. Observé cómo la cámara iba de un lado para otro. Al pasarla, reían, tonteaban y se quejaban de lo mal que habían salido. Parecía extrañamente infantil, o tal vez fuera que ese día no estaba en un estado de ánimo apropiado para el trato humano.
Soy el mejor depredador del mundo, ¿No es cierto? Todo cuanto me rodea te invita a venir a mí: mi voz, el rostro, incluso mi olor. ¡Como si los necesitara! ¡Como si pudieras huir de mí!
Prometo amarte siempre, todos los días, por toda la eternidad.
Durante tantos milenios como llevan existiendo, los humanos no han comprendido en realidad qué es el amor. ¿Cuánto hay de físico y cuánto de mental en todo eso? ¿Cuándo es accidente y cuándo destino? ¿Por qué se destruyen parejas que son perfectas y funcionan otras que parecen imposibles? No conozco las respuestas mejor que ellos. El amor está simplemente donde está.
No hay en todo el vasto y oscuro mundo de espectros y demonios ninguna criatura tan terrible, ninguna tan temida y aborrecida, y aun así aureolada por una aterradora fascinación, como el vampiro, que en sí mismo no es espectro ni demonio, pero comparte con ellos su naturaleza oscura y posee las misteriosas y terribles cualidades de ambos.
Es sólo que conozco los pensamientos de otras personas, y sé que el amor y el deseo no siempre recorren el mismo camino. Para mí, sí. Al menos ahora que ambos existen para mí - musité. Eso está bien. Al menos tenemos una cosa en común - dijo complacido.
No sientas vergüenza. Si yo pudiera soñar, soñaría contigo.
La oscuridad devoró la agonía, y me sentí débil y agradecida porque el recuerdo había llegado al final más definitivo de todos los posibles.
Toda precaución es poca a la hora de administrar el poder.
Mi corazón silencioso aumentaba con la esperanza más intensa que yo alguna vez podría recordar haber sentido.
Soy capaz de manejar las sombras, pero no de luchar contra un eclipse.
¿Podía acaso un corazón congelado y muerto estar roto? Sentía como si el mío lo estuviera.
¿Y qué son? ¿Qué son los fríos? Sonrió sombríamente. Bebedores de sangre -replicó con voz estremecedora-. Tu gente los llama vampiros.
Ya conoces mis sentimientos, por supuesto. Estoy aquí, lo que, burdamente traducido, significa que preferiría morir antes que alejarme de ti.
El instituto.¿O sería más apropiado emplear el término "purgatorio"? Si existía algún modo de purgar mis pecados, esto tenía que contar de alguna manera. El tedio era a lo que menos me había conseguido acostumbrar y, aunque parezca imposible, cada día me resultaba más monótono que el anterior.
Me abrazó con fuerza y enterró el rostro en mi cabello.
Parecía que la mayoría de los mitos sobre los vampiros se concentraban en reflejar a hermosas mujeres como demonios y a los niños como víctimas. También parecían estructuras creadas para explicar la alta tasa de mortalidad infantil y proporcionar a los hombres una coartada para la infidelidad.
Me asusté porque la abuela ignoraba que yo estaba enamorada de un vampiro -nadie lo sabía- y no se me ocurría la forma de explicarle el hecho de que los brillantes rayos del sol se quebraran sobre su piel en miles de fragmentos de arco iris, como si estuviera hecho de cristal o de diamante.
Cerró los ojos, ensimismado en su agónica confesión. Yo le escuchaba con más deseo de lo racional. El sentido común me decía que debería estar aterrada. En lugar de eso, me sentía aliviada al comprenderlo todo por fin.
Estar lejos de ti me pone ansioso.
Los hombres honrados también ceden a la coacción,
Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ¡Ya es tuya!
Ella entendía todas las pequeñas cosas, pero las grandes al revés. Siempre los instintos incorrectos.