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La historia no tiene tiempo para ser justa. Como frío cronista no toma en cuenta más que los resultados.
Stefan Zweig
No es hasta que nos damos cuenta de que significamos algo para los demás que no sentimos que hay un objetivo o propósito en nuestra existencia.
El dolor lleva a buscar las causas de las cosas, mientras que el bienestar induce a la pasividad.
Había pasado el tiempo en que podía engañarme sobre el carácter provisional de todo lo que empezaba.
La vejez no significa nada más que dejar de sufrir por el pasado.
Si algún arte conozco es el de saber renunciar, pues no lamento que, de mil páginas escritas, ochocientas vayan a parar a la papelera y sólo doscientas se conserven como quintaesencia.
El miedo es peor que el castigo, porque éste es algo concreto y ya sea mayor o menor, siempre será mejor que la horrible incertidumbre, lo espantoso de la angustia infinita.
De entre todas aquellas personas, las más dignas de lástima para mí (como si ya me hubiera asaltado un presentimiento de mi futuro destino) eran las que no tenían patria o, peor aún, las que, en lugar de una patria, tenían dos o tres y no sabían a cuál pertenecían.
¡Los alemanes han invadido Polonia! ¡Es la guerra! Anunció a gritos en aquella sala silenciosa. La noticia me golpeó el corazón como un martillazo. Pero el corazón de nuestra generación ya estaba acostumbrado a toda clase de golpes duros.
Novelista, en el sentido último y supremo de esta palabra, sólo lo es el genio enciclopédico, artista universal que - fijémonos en la envergadura de la obra y en la muchedumbre de sus figuras - modela con sus manos todo un cosmos; que, al lado del mundo terrenal, levanta un mundo propio con leyes propias de gravitación...
Sólo se escriben libros para, más allá del propio aliento, comunicarse con otros seres humanos, y así defenderse de la otra cara implacable de la vida: la fugacidad y el olvido.
Entonces, por primera vez, tenía la sensación de hablar por mí mismo y por la época.
Ninguna culpa se olvida mientras la conciencia lo recuerde.
Los coleccionistas son gente dichosa.
La voluntad sólo obra milagros cuando no se pone en acción de manera vacilante, cuando no se dispersa.
En algunas ocasiones no es nada más que una puerta muy delgada lo que separa a los niños de lo que nosotros llamamos mundo real, y un poco de viento puede abrirla.
Lo bueno no se olvida. A ti no te olvidaré jamás.
Primera muestra de una auténtica vocación política lo es, en todo tiempo, que un hombre renuncie desde el principio a exigir aquello que es inalcanzable para él.
Es un pensamiento que no conduce a nada, una matemática que no establece nada, un arte que no deja obra, una arquitectura sin materia. Pero ha demostrado, sin embargo, ser más perdurable, a su modo, que los libros o que cualquier otro monumento.
Todo el que posea más de lo indispensable ha de contribuir con una cuota igual al exceso a los grandes requerimientos de la patria.
El destino me ha condenado con una mirada insobornable, una mirada dura, pero un corazón frágil.
Nada torna a la gente más desnaturalizada e insubordinada que una larga y constante ociosidad.
Uno de esos seres puros, idealistas y creyentes, que suelen causar con su fe más mal y derramar más sangre con su idealismo, que los más brutales políticos y los más feroces tiranos.
Aquellos que anuncian que luchan en favor de Dios son siempre los hombres menos pacíficos de la Tierra. Como creen percibir mensajes celestiales, tienen sordos los oídos para toda palabra de humanidad.
En el dolor uno se hace cada vez más sensible; es el sufrimiento quien prepara y labra el terreno para el alma, y el dolor que produce el arado al desgarrar el interior, prepara todo fruto espiritual.
Uno siempre vuelve, pero entonces ya ha olvidado.