Imágenes
Me dicen que estoy enamorado de mí mismo. Y es así realmente, porque estoy enamorado de ti; amándote, tengo que amar todo lo que te pertenece, y, por lo tanto, debo amarme a mi mismo.
Søren Kierkegaard
La mayoría de los hombres persiguen el placer con tal apresuramiento que, en su prisa, lo pasan de largo.
Es la resistencia habitual de los seres femeninos, porque es propio de la naturaleza de la mujer entregarse bajo la forma de resistencia.
La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada.
Vivir en el recuerdo es el modo de vida más perfecto que se pueda imaginar.
Los más bellos matrimonios son aquellos que no han sido determinados por ningún porqué; cuanto menos porqués, tanta más sinceridad, tanto más amor.
El tirano muere y su reino termina; el mártir muere y su reino comienza.
La posesión, sólo por sí, es algo vulgar, y los medios de que los apasionados se suelen servir la mayor parte de las veces para eso son bastante bajos; no tienen escrúpulo en emplear para sus fines dinero, fuerza, influencias de otros, y hasta narcóticos.
Generalmente se quiere gozar de una muchacha como quien saborea una copa de champagne en el momento que espumea.
Obtener lo bello es siempre difícil; es fácil alcanzar lo interesante. Pero siempre es bueno aproximarnos a las dos cosas cuanto nos sea posible.
Mi provisión será un poco limitada, pero cuanto mayor es la esperanza de vencer, mayor es el premio.
En general, las mujeres hablan desdeñosamente de los hombres tímidos, pero en el fondo les gustan. Un poco de aturdimiento lisonjea su vanidad y se sienten más fuertes; es una especie de tributo que se les paga.
Yo reino sobre las tempestades de las sensaciones. Como un lobo, las guardo encerradas en el monte de mi ser, y ora una, ora otra, dejo en libertad el impetú furioso.
Quien no pueda humillarse ante sí y ante su amada, no ama.
Yo creo que se podría vivir continuamente absorto en la contemplación de un ser femenino.
... de muchachas muy habituadas al mundo no hay generalmente mucha cosa que llevarse.
La oración no cambia a Dios, pero sí cambia a quien ora.
Fe y duda no son dos géneros de conocimiento: son pasiones contrarias.
Cuando una muchacha no nos hace en seguida, desde la primera mirada, una impresión tan fuerte que sea capaz de hacer despertar en nosotros una imagen ideal de sí misma, no es, en general, digna de que nos tomemos el trabajo de buscarla en la realidad. Pero si despierta esa imagen, entonces nos sentimos, por grande que sea nuestra experiencia, como dominados, arrastrados por una fuerza desconocida.
Si realmente el período de noviazgo es el más bello de todos, ¿por qué se casan los hombres?.
Pero es preciso tener una refinadísima habilidad para saber sacar partido de un aire atolondrado; y quien lo posee puede obtener muchísimo por ese medio. Yo me he servido de eso muchas veces para engañar a algunas muchachas.
Una mujer es un ser débil; cuando se ha dado enteramente, lo ha perdido todo: si la inocencia es algo negativo en el hombre, en la mujer es la esencia de la vida.
Cuando se cultiva con actividad la memoria, el alma se enriquece de ingentes particularidades que distraen el recuerdo.
¡Qué irónico es que precisamente por medio del lenguaje un hombre pueda degradarse por debajo de lo que no tiene lenguaje!
Toma consejo de tu enemigo.
Amar a una sola es muy poco; amar a todas es ser superficial; pero conocernos a nosotros mismos y amar a cuantas no sea posible, saber ocultar en nuestra propia alma las potencias del amor, de modo que ésta se alimente de ellas, que nuestra conciencia abrace el todo, ¡eso sí es el placer, eso sí es la vida!
No hay ningún estado social que no tenga sus costumbres y, por lo tanto, sus mentiras convencionales.
La fe es la pasión por lo posible y la esperanza es el acompañante inseparable de la fe.
Me siento como si fuera una pieza en una partida de ajedrez, cuando mi oponente me indica: esa pieza no puede ser movida.
La mujer cree ser la conquistada; el hombre, el vencedor. Y con todo, el vencedor se inclina delante de la vencida.
... el beso pierde todo su valor y significación. Es lo que acontece con el beso de uso doméstico, cambiado entre cónyuges, que sirve a marido y mujer para limpiar la boca a modo de servilleta, y suena como un buen provecho al levantarse de la mesa.
A veces ocurre que dos, que en un principio habían sido un único ser, se reúnen de nuevo por la fuerza del amor, y entonces son fuertes, más fuertes que Júpiter, más fuertes aún que ese primitivo ser único, porque la unión del amor es la suprema fuerza.
La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante.
Penetrar con el espíritu en el ser de una mujer es un arte; pero saber salir a tiempo es una obra maestra, a pesar de que este acto depende siempre del primero.
Todos mis casos de amor encierran para mí algo real, y constituyen en mi vida una época de cultura. Así, por causa de mi primer amor, fue por lo que aprendí a bailar, y por una gentil bailarina aprendí el francés.
El caballero de la fe está solo en todo momento.
... creo que toda historia de amor debe durar medio año como máximo, y que cualquiera ligadura amorosa debe romperse eo ipso cuando ya no quede nada más que gozar.
El grado de pudor de una persona mide exactamente su valor espiritual.
¡Qué hermoso es sentirnos enamorados, y qué raro es saberlo!
Saber hacer del amor algo absoluto, delante de lo cual todo lo demás pierda su valor, es absolutamente necesario.