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El mayor de todos los misterios es el hombre.
Sócrates
¿No es la ignorancia más reprensible pensar que uno sabe lo que no sabe?
En cualquier dirección que recorras el alma, nunca tropezarás con sus límites.
El hombre que no piensa sino en vivir, no vive.
Aprender no es otra cosa que acordarse.
Habla para que yo te conozca.
¿Quién capitulará más pronto: el que necesita las cosas difíciles o quien se sirve de lo que buenamente pueda hallar?
Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros.
La buena conciencia es la mejor almohada para dormir.
Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta.
Es preferible sufrir una injusticia, que cometerla.
Cada uno de nosotros sólo será justo en la medida en que haga lo que le corresponde.
Yo soy un ciudadano, no de Atenas o Grecia, sino del mundo.
El más rico es el que con menos se contenta, pues natural riqueza es el contento.
No soy un ateniense, ni un griego, sino un ciudadano del mundo.
Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.
Lo que mejor asienta a la juventud es la modestia, el pudor, el amor a la templanza y la justicia. Tales son las virtudes que deben formar su carácter.
Es peor cometer una injusticia que padecerla porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece no.
Vaso de la fortuna es la verdad.
Si quieres gozar de una buena reputación preocúpate en ser lo que aparentas ser.
El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarle, se deber saber el valor que tiene primero.
La admiración es la hija de la ignorancia y la madre de la ciencia.
Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.
La única cosa que sé es saber que nada sé; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo.
Pues nadie conoce la muerte, ni siquiera si es, precisamente, el mayor de todos los bienes para el hombre, pero la temen como si supieran con certeza que es el mayor de los males.
Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La Felicidad la hace solamente uno mismo con la buena conducta.
No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad.
Los hombres buenos y bellos se conquistan con gentilezas.
Que si has de casarte, me preguntas. Yo te respondo: Haz lo que quieras. Pues hagas lo que hagas, te arrepentirás.
El justo la guarreria, pues se parece al discreto y bueno, y el Injusto al malo e ignorante.
Obsérvate sin cegera y di con precisión y coraje lo que estás sintiendo.
La hermosura es una tiranía de corta duración.
La fama es el perfume de los hechos heroicos.
Mi consejo es que te cases: si encuentras una buena esposa serás feliz, si no, te harás filósofo.
Comenzar bien no es poco, pero tampoco es mucho.
La belleza de la mujer se halla iluminada por una luz que nos lleva y convida a contemplar el alma que habita tal cuerpo, y si aquélla es tan bella como ésta, es imposible no amarla.
Para decir la verdad, poca elocuencia basta.
La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.
El orgullo engendra al tirano. El orgulllo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.
El hombre desenfrenado no puede inspirar afecto; es insociable y cierra la puerta a la amistad.