Imágenes
Si un hombre ultraja los altares, la santidad conyugal, la decencia y la honradez, y grita ¡Patria, Patria! no le creáis: es un hipócrita del patriotismo y un pésimo ciudadano.
Silvio Pellico
No deshonres el nombre santo de amigo, dándolo a un hombre de poca o ninguna virtud.
Si quieres ser justo, a nadie aborrezcas; la justicia de los que odian es la rabia de los fariseos.
Exigir a los progenitores, para respetarlos, que estén libres de defectos y que sean la perfección de la humanidad es soberbia e injusticia.
El talento puede dar prestigio, el valor puede dar soldados, la tiranía puede dar esclavos, pero sólo la justicia puede dar la fuerza.
A los tímidos y a los vacilantes todas las cosas les parecen imposibles, porque así les parecen.
Lo que importa es no ya poseer un mérito premiado por la sociedad, sino hacerse acreedor al mérito. Si lo recompensan, bien; si no, mérito se acrecienta conservándolo, aunque quede sin premio.
Cuando tengas conocimiento de que has cometido un yerro, no vaciles en repararlo. Sólo reparándolo tendrás la conciencia tranquila.
El que se encoleriza ente la posibilidad de no ser amado es un tirano. Si te arriesgas a hacer el mal para conseguir un placer, renuncia a ese placer. Si te arriesgas a ser un tirano por un amor, renuncia a ese amor.
Verte, escucharte y no amarte es cosa contraria a la naturaleza humana.
Verte, oírte, y no amarte... no es humano.
Para creer es preciso querer creer.
No deshonres el nombre sagrado de la amistad dándolo a quien tiene pocas virtudes o no conoce ninguna.
Sin un ánimo esforzado no se posee ninguna virtud ni se cumple ningún deber; aun para ser piadoso, es preciso no ser pusilánime.
Si en el tiempo de la pasión caemos en la tentación de proclamar como bien nuestro a aquello que se opone al bien ajeno, al orden, no acabaremos, sin embargo, de persuadirnos de ello a nosotros mismos; la conciencia lo negará y, extinguida la pasión, todo aquello que se opone al bien de los demás, al orden, es espectáculo horrible.
El saber es pernicioso solamente cuando se une al orgullo. Cuando va acompañado de la humildad conduce al alma a amar más a Dios y al género humano.
Todo lo que aprendas, dedícate a aprenderlo con la mayor profundidad posible. Los eruditos superficiales producen demasiado frecuentemente hombres mediocres y presuntuosos.