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Escribe inflexible y directo sobre lo que te duele y verás claro entre las tinieblas.
Silvia Adela Kohan
Deja salir a los personajes internos que te hieren o te han herido, permite que hablen sin trabas, que digan lo que tú no te atreves a decir.
El interés no proviene de lo que uno tiene para contar, sino del modo de contarlo.
Cuando se habla del estilo del escritor se alude al lenguaje empleado, que responde a su modo de ver y sentir las cosas, y a una musicalidad interna que impone al texto.
Una novela pierde peso si lo que dicen los personajes no revela intenciones y estados de ánimo.
Dicen que en buena medida la felicidad es el esfuerzo consciente por desdramatizar los problemas.
El acto de contar es esencialmente humano. Sentimos necesidad de contar lo que pasa y lo que les pasa a otros para encontrar el sentido de la vida.
Muchos lo llaman inspiración, pero no consiste en algo magíco, sino que es el resultado de la predisposición a crear, de un móvil que domina al escritor y cada tanto debe ser expulsado.
La realidad, tanto lo que eres como lo que está fuera de ti, es inmensamente rica, es inagotable.
Si dudas de la vida o en la vida, si no encuentras tu lugar, si dejas que te lo invadan o te colocas en un lugar equivocado, allí está la página para contenerte.
Pon tus fantasmas en palabras para que te molesten menos. Pon tu corazón sobre el papel. Pon tus emociones en un texto para vivir mejor.
La novela larga también debe ser concisa y seguir un único incidente central, pero incluye desvíos, atajos, digresiones bien conectados al eje central y bien equilibrados entre sí, impecables historias secundarias que funcionan como complemento o como contrapunto de la principal.
Buscar en la propia biografía un deseo pendiente, un recuerdo particular, una experiencia vivida suele dar buenos frutos.
Así como Einstein demostró que nada es absoluto y a su vez Freud descubrió el mundo del inconsciente y el trabajo de la introspección, los novelistas consiguen la relatividad a partir del empleo del punto de vista narrativo y la presentación fracturada de los personajes, el tiempo y el espacio.
Trabaja con los opuestos para encontrar el equilibrio: a lo que te hace daño opone lo que no te hace daño.
La novelística del siglo XX ha sido trastocada por dos movimientos fundamentales en la historia de la humanidad: la teoría de la relatividad enunciada por Albert Einstein y el psicoanálisis, por Sigmund Freud.
Sospechar que hay una manera mejor de decirlo te permitirá comprobar que casi siempre la hay.