Frases de Séneca

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Roguemos fuerza a nuestra misma desesperación.

Por una pequeña suma de dinero, se vuelve uno tu deudor; si la suma es grande, se vuelve tu enemigo.

En ninguno puede haber vicio, sino en el que puede haber virtud.

Mucho falta al que mucho tiene.

Vuelvo más avaro, más ambicioso, más sensual, aún más cruel y más inhumano, porque estuve entre los hombres.

No hay cosa que no puedan vencer la constancia, el continuo cuidado y la diligencia.

Muchos abrían podido llegar a la sabiduría si no se hubiesen creído demasiado sabios.

Nunca hay viento favorable para el que no sabe hacia donde va.

Buena es la riqueza si la manda la razón.

Doble valor tendrá el beneficio que otorgues sin que te lo hayan pedido.

Ni los niños ni los locos temen la muerte y sería una gran vergüenza que la razón y el buen juicio no dieran aquella seguridad, a que conduce la estulticia.

Trabajosa cosa es comenzar siempre la vida.

El sabio es el único que escapa a las leyes del género humano, todos los siglos le sirven como a un dios: ¿se trata del pasado? Su recuerdo lo abraza. ¿del presente? Lo utiliza. ¿del futuro? Lo prevé. Así se prolonga su vida, al juntarse en uno solo todos los tiempos.

No hay cosa honesta que no sea útil.

Dondequiera que se encuentre un hombre se puede hacer un beneficio.

Más fácilmente se entiende lo que por partes se propone.

Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicarla a nadie, no la querría.

Súfranse todas las cosas con suavidad de ánimo, siendo más humana.

Nada nos enreda en mayores males que el atenernos a los rumores, en la creencia de que lo mejor es lo aceptado por consentimiento de muchos, y el seguir los ejemplos más numerosos, rigiéndonos, no por la razón, sino por la imitación de los demás.

La palabra es el índice del pensamiento.

Desagradecido es el que agradeciendo tiene ojo a otro segundo beneficio.

No puede haber orden cuando hay mucha prisa.

El día que me vea más fuerte que la fortuna, ya nadie podrá conmigo.

Dar consejos al sabio es superfluo y al necio inútil.

El que airado procura hacer daño, no se guarda del que le puede suceder.

La mayor muestra de valentía es ver a un gran hombre luchar contra la adversidad.

Reino en lugar ajeno no está seguro.

Estudiar, más no para saber más, sino para saber mejor que los otros.

Cuando el sol se eclipsa para desaparecer, se ve mejor su grandeza.

No he nacido para sólo un rincón, mi patria es todo el mundo.

Compra solamente lo necesario, no lo conveniente. Lo innecesario, aunque cueste sólo un céntimo, es caro.

La sencillez y claridad distinguen el lenguaje del hombre de bien.

No os espante el dolor; o tendrá fin o acabará con vosotros.

Es a menudo más conveniente disimular una injuria que vengarla.

Todo lo puede esperar el hombre mientras vive.

Cuanto eleva la Fortuna, lo eleva para derrocarlo más tarde.

¡Cuán grande es la locura de los que se forjan esperanzas a largo plazo!

Hay casos tan feos, que aún al que los castiga ofenden.

¡Cuánto se parece a la amistad la adulación!

Quien tiene un alma novel es señor de su señorío.

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