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El gran remedio de la ira es la dilación.
Séneca
Un hombre inútil es gravoso al estado, en que se pesa el mérito de los miembros por la utilidad que de ellos se saca.
Muchas veces, por dolor la inocencia se hace culpada.
Sean tus agudezas sin mordacidad, tus bromas sin vileza, tu risa sin carcajadas, tu voz sin alboroto, tu andar sin atropellamiento.
Refiérense las leves pasiones, y las muy grandes no se pueden referir.
No bastan en una nación las fuerzas sin la unión, ni la unión sin fuerzas.
No tengamos envidia de los que están encaramados, por que lo que nos parece altura es despeñadero.
No hay día sin su pena.
Necesarios son nuevos favores de la fortuna para conservar la felicidad.
El piloto muestra en la tempestad su saber y su valor.
Nadie se cree culpado si es él su mismo juez.
No es preciso tener muchos libros, sino tenerlos buenos.
La vida, si sabes emplearla, es larga.
El que teme es un esclavo.
La buena conciencia admite testigos; la malvada se agita y se conturba aún en la soledad.
El hombre es un animal social.
No hagas juez de la vida a la opinión popular, sino a tu sola conciencia.
Vendrán en los tardos años del mundo ciertos tiempos en los cuales el mar océano aflorará los atamientos de las cosas y se abrirá una grande tierra y un nuevo marinero como aquel que fue guía de Jasón y que hubo de nombre Tiphys descubrirá nuevo mundo y ya no será la isla de Thule la postrera de las tierras.
Dos veces muere el que a voluntad de otro muere.
Poco nos hubiera dado naturaleza si más que a sí no nos diera.
No existe ningún gran genio sin un toque de demencia.
No es pobre el que tiene menos, sino el que desea más. Ni rico el que más tiene, sino el que menos ambiciona. El que vive conforme a la naturaleza, nunca será pobre; el que vive atento al que dirán, jamás será rico. La naturaleza exige muy poco; la opinión del mundo, muchísimo.
Y si me preguntas cuál es el límite de las riquezas, te diré que primeramente tener lo necesario y después tener lo suficiente.
Apartemos el lujo y midamos las cosas por la utilidad que nos aportan.
Aprender la virtud es desaprender los vicios.
Mejor puede usar de sus apetitos el que mejor los puede encubrir.
El peor enemigo es el que está encubierto.
La buena memoria es principio de la sabiduría.
Cada uno sufre o goza según sus obras.
Los salones del palacio de los reyes están llenos de hombres y vacíos de amigos.
Muchas veces las ofensas son incentivo del valor.
El peor enemigo es el traidor.
Si queréis no tener miedo de nada, pensad que todo es temible.
Todo poder excesivo dura poco.
Muchas cosas tienen reputación, no por su valor, mas por flaqueza nuestra.
La adversidad acaba por encontrar al hombre junto al que había pasado.
La primera víctima de la destemplanza es la propia libertad.
Tengo menos de lo que esperaba; pero tal vez esperaba más de lo que debía esperar.
Hay ciertas cosas que para saberlas bien no basta haberlas aprendido.
Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente.