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A veces envidio a los que viven en la ignorancia.
Sandra Barneda
Solo el amor puede coser el agujero de las ausencias.
Vivimos sin saber que nuestros traumas gobiernan nuestra vida.
¿Por qué necesitamos hacer cómplices a los demás de nuestros errores?
El poder se alimenta del miedo.
Una vida es demasiado corta para el amor verdadero y por eso las almas vagan por las distintas existencias buscando desesperadamente a su otro yo.
Llevaban mucho tiempo conviviendo con la costumbre de anular el dolor a base de ignorarlo.
El saber, en ocasiones, nos acobarda.
Necesitamos convocar a más mujeres, hacernos más fuertes y más presentes. El mundo está cambiando y debemos remar en esa dirección.
El viejo orden no concebía que las mujeres llamaran a la puerta de la sociedad y quisieran participar dando su opinión en famosos salones literarios de París o Londres. Eran consideradas débiles, demasiado sensibles, sentimentales y poco capacitadas para el pensamientoracional.
Llegar a los recuerdos lleva su tiempo, y mucho más si el dolor está presente.