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Es comúnmente observado, que cuando dos ingleses se encuentran, de lo primero que hablan es sobre el tiempo; están impacientes por decir al otro lo que ambos deben ya saber, que hace calor o frío, que está soleado o nublado, ventoso o calmado.
Samuel Johnson
El hombre está dispuesto a lamentarse de la ingratitud de aquellos que se han elevado muy por encima de él.
La causa más frecuente de la timidez es una opinión excesiva de nuestra propia importancia.
¿Señor, tanto desconoce usted la naturaleza humana como para ignorar que un hombre bien puede ser muy sincero en buenos principios sin que por ello los lleve nunca a la práctica?
No tengo ningún deseo de entablar diálogos con quien haya escrito más que leído.
Ningún gran hombre ha alcanzado su grandeza por medio de la imitación.
Hay pocas cosas que resulten imposibles de la mano de la paciencia y de la diligencia.
Conforme sé más de la humanidad, espero menos de ella, y ahora estoy dispuesto a decir que un hombre es bueno con menor exigencia de la que antes habría impuesto.
La gratitud es un producto de la cultura; no es fácil encontrarla entre gente basta.
Muy raras veces se encuentra el placer donde se le busca.
La enfermedad hace al hombre un pillo.
Podré ser conquistado, pero no capitularé.
Cuando alguno es invitado a comer, si no se presenta algún plato bueno, sale defraudado.
Los ejemplos tienen más fuerza que los preceptos.
De todos los ruidos, creo que la música es el menos desagradable.
Un hombre acostumbrado a las adversidades no es fácilmente sorprendido.
La vida es una píldora que ninguno puede tragarse sin endulzarla.
En el idioma está el árbol genealógico de una nación.
Nunca he conocido a un disidente capaz de razonar.
Los hombres de genio rara vez se han derrumbado por culpas que no fueran propias.
Prefiero ver el retrato de un perro conocido, a todas las pinturas alegóricas... del mundo.
El que se convierte en una bestia se ahorra el esfuerzo de vivir como un hombre.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Por oro no vendas lo que nunca podrás comprar con oro: la tranquila siesta, el satisfecho día, la limpia fama y la conciencia alegre.
Lo que se escribe sin esfuerzo se lee, de ordinario, sin gusto.
La libertad, por lo que respecta a las clases sociales inferiores de cada país, es poco más que la elección entre trabajar o morirse de hambre.
La mayor prerrogativa de la inocencia es no tener miedo de mirada alguna y no sospechar de ninguna lengua.
La música es el único placersensual que no es un vicio.
Las cadenas de un hábito no se sienten; las adquirimos con mucha facilidad, más después nos cuesta mucho romperlas.
Quien duda de su propia capacidad al extremo de buscar el dictamen de otros habrá de enfrentarse a más obstáculos cada día.
Que la gente vulgar exprese sus ideas con claridad está lejos de ser cierto, y cuando lo hace no se debe a su facilidad de expresión, sino a la superficialidad de sus ideas.
Nada ha podido retrasar más el avance de la ciencia que la actitud de las mentes vulgares, que envilecen lo que no pueden comprender.
El que voluntariamente persevera en su ignorancia, se hace culpable de todos los crímenes que la ignorancia produce.
La esperanza es, por si misma, una felicidad, y, quizá, la principal felicidad que este mundo puede darnos.
Muerte, amistosa señal de retirada que da la Naturaleza.
Ningún genio fue jamás empañado por el aliento de los críticos.
La vida es un viaje de carencia en carencia, no de gozo en gozo.