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El que no ha estado en Italia tiene siempre conciencia de su propia inferioridad.
Samuel Johnson
La felicidad doméstica es el término último de todas las ambiciones, la meta aque toda empresa y todo esfuerzo se dirige, y cuya apetencia más estimula en su prosecución.
Nuestros deseos siempre se aumentan con nuestras posesiones. El conocimiento de que hay algo todavía que nos pueda satisfacer, no se puede comparar con el gozo de las cosas que tenemos por delante.
El juicio no es impuesto por la experiencia.
Señor, he encontrado un razonamiento idóneo para usted, pero no me considero en la obligación de encontrarle también un sensato entendimiento.
Los hombres no sospechan la existencia de las faltas que no cometen.
El poder va siempre deslizándose gradualmente de los muchos a los pocos, porque los pocos son más vigilantes y constantes.
Sin sobriedad nadie puede hacerse rico, y con ella muy pocos serán pobres.
La esperanza es una felicidad por sí misma, y la mayor que el mundo puede darnos.
Infundir rabia con ánimo peor que la provocación equivale a suspender la felicidad del pueblo, cuando no a destruirla.
Cualquiera puede escribir un libro a cualquier hora, si tercamente se empeña en ello.
Casi todo lo absurdo de nuestra conducta es resultado de imitar a aquellos a los que no podemos parecernos.
El que hace una bestia de sí mismo se deshace del dolor de ser hombre.
AVENA, sust.: Cereal que en Inglaterra sirve de alimento a los caballos, pero del que en Escocia se alimentan las personas.
No estoy todavía tan perdido en la selva de la lexicografía que me haya olvidado de que las palabras son hijas de la tierra, mientras que las cosas son hijas del cielo.
La crítica es una actividad gracias a la cual el hombre puede llegar a hacerse, importante y temible a muy poca costa... Aquel a quien la naturaleza hizo débil y la pereza lo mantuvo ignorante, puede, sin embargo, sostener su vanidad con la nombradía de crítico.
No deseo conversar con un hombre que haya escrito más de lo que ha leído.
El mundo aún no se ha agotado del todo: dejadme ver algo mañana que aún no haya visto hoy.
La vida humana es dondequiera un estado en que hay mucho que aguantar y poco que gozar.
Cada concesión sumisa a nuestro miedo expande el dominio del mismo; no sólo desperdiciamos ese tiempo en que los males que tememos pudieran ser sufridos y superados en el acto; por el contrario, mientras que la dilación no alivia en ninguna forma nuestros problemas, sí los vuelve cada vez menos superables al instalar los terrores habituales.
El hombre prefiere que se digan cien mentiras acerca de él, a que se divulgue una sola verdad que desee tener oculta.
El lenguaje es el único instrumento del que dispone la ciencia, y las palabras son los signos de las ideas.
Para un ánimo noble, tal vez no exista un suceso más doloroso que la muerte de alguien a quien hayamos causado algún daño, sin haberlo podido reparar.
Su libro es bueno y original, pero la parte que es buena no es original y la parte que es original no es buena.
El gobierno de un solo hombre puede no ser adecuado para una sociedad pequeña, pero es el mejor para una gran nación.
Siempre lamento la desaparición de cualquier lengua, puesto que las lenguas son el pedigrí de las naciones.
El poder del castigo consiste en imponersilencio, no en refutar.
La verdad, señor, es una vaca que no quiere dar más leche a los escépticos; así que éstos no tienen más remedio que ordeñar a un toro.
Lo que se lee dos veces es ordinariamente recordado mejor que lo que se copia.
Los primeros años del hombre deben reunir provisiones para los últimos.
Las diminutas cadenas de los hábitos son generalmente demasiado pequeñas para sentirlas, hasta que llegan a ser demasiado fuertes para romperlas.
Aquél que alaba a todo el mundo no alaba a nadie.
Tenga lo que tenga, gaste menos.
Pocas cosas son imposibles a la diligencia y a la destreza.
La confianza en sí mismo es el requisito para las grandes conquistas.
Los gobiernos tienen muy poca influencia sobre la felicidad privada del hombre.
Para que un hombre descubra al patriota que hay en él, a veces basta con sembrar el descontento y propalar noticias de tramas ocultas, peligrosas influencias, violaciones de derechos o usurpaciones encubiertas.
A las personas más habitualmente hay que recordarles que informarles.
Dios mío, señor, no se propone juzgar a un hombre, sino hasta el fin de sus días.
Ningún hombre será marinero si encuentra alguna manera de que lo envíen a prisión, pues estar en un barco es como estar en una cárcel, pero con el riesgo añadido de morir ahogado.