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Es mejor vivir rico que morir siéndolo.
Samuel Johnson
La mayoría de los hombres sienten un poderoso y activo prejuicio en favor de su propia vocación.
Los diccionarios son como los relojes: el peor es mejor que ninguno, pero del mejor uno no puede esperar que sea del todo preciso.
Padres no podemos tener más que una vez; se promete demasiado el que entra en la vida con la esperanza de hallar muchos amigos.
Todo hombre es, o confía en llegar a ser, un holgazán.
Recordad que todo truco es canallesco o infantil.
La sociedad no puede subsistir sin recíprocas concesiones.
Es raro que haya tan pocos lectores en este mundo, pero tantas lecturas. La gente en general no lee por propia voluntad si son capaces de encontrar cualquier otra cosa que los entretenga.
La apetencia constante y firme de la virtud, sin reparar en los peligros o ventajas existentes, es la suprema excelencia a que la Humanidad puede llegar.
El proceso natural del espíritu humano no es de placer en placer, sino de esperanza en esperanza.
El clarete es bebida de muchachos; el oporto es para los hombres; pero el que aspira a ser un héroe debe beber aguardiente.
Si estás solo, no estés desocupado; si estás desocupado, no estés solo.
Un país gobernado por un déspota es un cono invertido.
El patrocinador es alguien que tolera, apoya o protege a otros. Usualmente, un desgraciado que apoya con insolencia, y es pagado con adulación.
Mientras vive el escritor juzgamos de sus dotes por su peor obra; una vez muerto, juzgámoslas por su obra más acabada.
El hombre convicto y confeso de pobreza se cree fácilmente a sí mismo sospechoso.
Cuando un hombre sabe que será ahorcado en dos semanas, concentra su mente asombrosamente.
El dinero y el tiempo son las dos cargas más pesadas de la vida, y es el más infeliz de los mortales aquel que de ambas cosas posee más de lo que sabe emplear.
La vida es un progreso de necesidades a necesidades, no de placeres a placeres.
Un hombre avezado a la adversidad difícilmente se abate.
La tristeza es una especie de pereza.
El matrimonio tiene muchos sinsabores, pero la soltería no goza de ningún placer.
En la mayoría de los hombres, las dificultades son hijas de la pereza.
No solamente es estúpido, sino causa de la estupidez de otros.
Para poder enseñar a todos los hombres a decir la verdad, es preciso que aprendan a oírla.
Ninguno llegó a ser grande imitando.
Quien acepta protección se compromete a obedecer.
Una mosca, señor, puede picar a un caballo majestuoso y hacerlo estremecerse de dolor; pero la primera seguirá siendo nada más que un insecto, y el segundo, empero, un caballo.
La superioridad de algunos hombres es meramente local. Son grandes porque sus asociados son pequeños.
Pocos placeres hay a los que el hombre pueda entregarse tan inocentemente como al de ganardinero.
No tienes que comerte toda la res para saber que es dura.
Si eres indolente, no estés solo; si estás solo, no seas indolente.
Casarse por segunda vez es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia.
La curiosidad es, en las almas grandes y nobles, la primera pasión y la última.
El éxito en la vida consiste en seguir siempre adelante.
Del patriotismo son distintivas la cautela y la vigilancia, la prevención de asechanzas encubiertas, la previsión de peligros en ciernes.
Patriota es quien siempre está dispuesto a apoyar causas justas y alentar esperanzas razonables en el pueblo, recordándole sin tregua sus derechos y animándole a reconocer y prevenir abusos.
Ese don de observación que se llama conocimiento del mundo, veréis que sirve con mayor frecuencia para hacer astutos a los hombres, que para hacerlos buenos.
La credulidad, o esa confianza demasiado grande en una opinión que no está debidamente demostrada, es un tipo de debilidad que suele atribuirse a todas las sectas y partidismos.
En todas partes está atestiguada esta sombría verdad: el mérito oprimido bajo el peso de la pobreza, se levanta lentamente.