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Yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado.
Salvador Allende
Trabajadores de Chile: el invierno está terminando y aparecen ante nosotros horizontes económicos promisorios.
Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
La base política de mi gobierno, esta formada, por marxistas, por laicos y cristianos. Y respetamos el pensamiento cristiano, cuando ese pensamiento cristiano, interpreta el verbo de Cristo, que echó a los mercaderes del templo.
Un obrero sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no importa que sea o no sea cristiano, no importa que no tenga ideología política, es un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos dárselo nosotros.
Pero seria hipócrita el decir que yo soy el Presidente de todos los chilenos. No, hasta hay gente que quisiera que estuviese frito en aceite y soy chileno.
He ordenado que las tropas del Ejército se dirijan a Valparaíso para sofocar este intento golpista.
Aquí no hay primavera de Praga, es la primavera de Chile.
No habrá una guerra fratricida porque el Gobierno y el pueblo lo impedirán. Tampoco habrá un Presidente que se suicide, porque el pueblo sabrá responder.
Los marxistas conjugamos una misma actitud y un mismo lenguaje frente a los problemas esenciales del pueblo.
El dirigente político universitario tendrá más autoridad moral, si acaso es también un buen estudiante universitario.
El hombre de los países industriales ha llegado a la luna dominando la naturaleza. ¿Es justo que el hombre ponga un pie sobre la luna? ¿O no sería más justo que los grandes países pongan los pies sobre la tierra y se den cuenta que hay millones de personas que no tienen trabajo y que sufren de hambre?
Estamos seguros de que la gran mayoría de la población chilena nos entregará ahora la responsabilidad de llevarlo a la práctica y materializar lo que Chile se merece: un futuro digno, independiente y soberano, un creciente bienestar general y una distribución más justa de los frutos de nuestro esfuerzo productivo.
En nuestra confianza en nosotros, lo que incrementa nuestra fe en los grandes valores de la humanidad, en la certeza de que esos valores tendrán que prevalecer. No podran ser destruidos.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños.
Hay que explicarle a la gente por qué ocurre esto (el desabastecimiento). Nunca antes la gente tuvo un poder de compra y resulta que las industrias no estuvieron en relación con la entrega de sus productos respecto de la demanda de ella.
Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.
En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe.
En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen.
Pero, hombre, si no estoy ciego, tengo vista normal y hábitos normales.
La historia los juzgará
Deben permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la espera de mis informaciones. Las fuerzas leales respetando el juramento hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados, aplastarán el golpe fascista que amenaza a la Patria.
Gracias, compañero y amigo, comandante de la esperanza latinoamericana, Fidel Castro.
Pobre Pinochet, debe estar preso.
Sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado.
La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron.
El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente.
El compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.
Llegaron en poderosos automóviles, jóvenes hijos de sus papás que nunca le trabajaron una hora a nadie y muchachitas que nunca han lavado una olla.
No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo.
Yo sé que ustedes saben que no hay querella de generaciones: hay jóvenes viejos y viejos jóvenes, y en éstos me ubico yo.
Con las dificultades propias de los que caminan en un Ford del año 1920 y por un camino malo, vamos de tumbo en tumbo, pero avanzando, avanzando.
En vísperas de un nuevo año sería muy grato decirles que todo será fácil; desgraciadamente no es así
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha.
Tengan la seguridad de que el Presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el Gobierno de los Trabajadores.
Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica (citado en El arte de hablar y escribir: Experiencias y recomendaciones).
¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!, ¡viva el pueblo!, ¡vivan los trabajadores!
La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada.
Hay algunos chilenos que quisieran que en sus casas les instalaran por lo menos tres cañerías: una de agua fría, otra de agua caliente y una tercera de tinto. Y eso es inaceptable y contra ello debemos combatir.
Tengan la certeza que haré respetar la voluntad del pueblo que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de Noviembre de 1976