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Estamos todas las islas gritándonos mentiras entre nosotras a través de mares de incomprensión.
Rudyard Kipling
Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia.
Grish Chunder tenía razón. Charlie había probado el amor, que mata el recuerdo, y el cuento más hermoso del mundo nunca se escribiría.
Hay dos cosas más grandes que todo lo demás. La primera es el amor y la segunda la guerra... Y como no sabemos en que va acabar la guerra, vida mía, hablemos de amor...
Si encomiendas a un hombre más de lo que puede buenamente hacer, lo hará. Si solamente le encomiendas lo que buenamente puede hacer, no lo hará.
Sin un caballo, un perro y un amigo, el hombre moriría.
Debes aprender a perdonar a un hombre cuando está enamorado. Siempre es un pelmazo.
La intuición de una mujer es más precisa que la certeza de un hombre.
Los peores embusteros son nuestros propios temores.
La Providencia ayuda a quienes ayudan a otros.
El sol que estaba entonces en su punto más bajo del horizonte daba al agua una coloración purpúrea con destellos de oro en las crestas de las grandes olas adquiriendo tonos azules y verdosos en sus puntos más profundos. Parecía como si cada embarcación de pesca atrajese hacia sí sus propios botes mediante invisibles cadenas.
Se aprende más por lo que la gente habla entre sí o por lo que se sobrentiende, que planteándose preguntas.
El mundo es muy bonito y es muy terrible, no se preocupa por tu vida o la mía o cualquier otra cosa.
Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé; sus nombres son cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué.
Después de todo -decía yo en mi argumentación interna- la presencia de la litera es suficiente para demostrar la existencia de una ilusión espectral. Habrá fantasmas de hombres y mujeres, pero no de calcetines y coolies.
Tengo mis propias cerillas y azufre, y voy a hacer mi propio infierno.
La victoria y el fracaso son dos imposibles, y hay que recibirlos con idéntica serenidad y con saludable punto de desdén.
Si llenas un minuto envidiable y certero de sesenta segundos que te lleven al cielo... Toda esta tierra será dominio tuyo y aún mucho más, serás hombre, hijo mío.
Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir, cuando ofrezca tú camino solo cuestas que subir, cuando tengas poco haber pero mucho que pagar, y precises sonreír aun teniendo que llorar, cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir, descansar acaso debes ¡pero nunca desistas!
Un paisaje me llevaba a otro; la cima de una colina, a otra cercana, en la mitad del condado, y ya que mi respuesta no podía ser más que la de mover una palanca, dejé que el condado fluyera bajo mis ruedas.
No sólo éramos felices... ¡Además lo sabíamos!
Pudo haber sido esto, pudo haber sido aquello, pero se le ama y se le odia por lo que es.
Embarcadme para cualquier punto más allá de Suez, donde lo mejor es igual que lo peor, donde no existen los Diez Mandamientos, y cualquier hombre puede alimentar sus pasiones.
Abajo, hacia el infierno, o arriba, hacia la Gloria, el que camina solo camina más aprisa.
Nunca he cometido ningún error en mi vida; al menos, ninguno que no haya podido justificar después.
El que viaja solo viaja más aprisa.
Entrometerse en el desatino del hombre es siempre una faena muy ingrata.
Si en la lid el destino te derriba; si todo en tu camino es cuesta arriba, si tu sonrisa es ansia insatisfecha, si hay faena excesiva y vil cosecha, si a tu caudal se anteponen diques... Date una tregua ¡pero no claudiques!
Toma problemas prestados, si te lo dicta tu naturaleza, pero no los prestes a tus vecinos.
La más tonta de las mujeres puede manejar a un hombre inteligente, pero es necesario que una mujer sea muy hábil para manejar a un imbécil.
Siempre me he inclinado a pensar bien de todo el mundo; evita muchos problemas.
No hay placer comparable al de encontrar un viejo amigo excepto el de lograr uno nuevo.
Cuando la tripulación y el capitán están cordialmente compenetrados, es preciso un temporal y más que un temporal para lanzar la nave contra la tierra.
Dios nos ayuda para que conozcamos lo peor muy jóvenes.
La oscuridad que conocemos nos fue otorgada como una gracia.
Las palabras son la más potente droga utilizada por la humanidad.