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Los territorios no tienen ningún derecho. Ninguno. Los tienen los ciudadanos.
Rosa Díez
Las definiciones clásicas de derecha e izquierda se han quedado obsoletas y suelen esconder la nada o el dogmatismo.
Lo que la democracia significa no es garantizar el derecho a votar, sino garantizar el derecho a a elegir.
La gente está harta de que, gane quien gane, siempre manden los nacionalistas.
La única manera de vencer la adversidad es admitir que esta existe.
El PSOE ha dejado de ser un partido nacional para depender de los votos nacionalistas en España.
Creo que no somos una amenaza para nadie, salvo para aquellos que si pudieran decretarían el partido único.
La paz en democracia es mucho más que la paz, es la libertad, porque la paz sin libertad no es nada.
Felipe González es algo indisoluble con la historia del socialismo español y con la historia de España. Es el principal protagonista de unas páginas globalmente brillantes de nuestra Historia.
Los ciudadanos tienen el derecho a que su voto valga los mismo que el del vecino.
La educación es el instrumento más igualitario y más de cohesión que tiene cualquier democracia en su mano.
Los vascos no tenemos un problema de autonomía, tenemos un problema de libertad.
La autodeterminación en democracia es la libre determinación que se practica cada vez que uno va a las urnas. El pueblo soberano se ha manifestado democráticamente en Euskadi desde la aprobación de la Constitución del 78.
La derrota de ETA es mucho más que la derrota de sus comandos militares, entre comillas, es que pierda la esperanza, ellos y los que les apoyan, de conseguir algo de la democracia y de la política con el uso de terror.
En Euskadi no nos falta la paz, nos falta la libertad.
España tiene un problema de falta de cuajo democrático. Aquí es: el que no esté de acuerdo, que se vaya. Oiga usted, no: el que no esté de acuerdo que lo diga.
Me puedo sentir David en la medida en la que, finalmente, como sabemos, David venció a Goliath. Y yo me veo con capacidad para ganar.
Yo me considero, sí, la solución del PSOE, la persona que tiene que abanderar el cambio en su nueva etapa. No soy hipócrita y ¡claro que tengo un alto concepto de mí misma! Por eso creo que puedo ser una buena secretaria general del PSOE.
No hay nadie que niegue que SORTU es Batasuna y, por tanto, ETA.
Cuando los ciudadanos dejan de prestar atención por la política llegan a las instituciones políticos que no prestan atención a los ciudadanos, y eso es muy malo para la democracia.
A las organizaciones totalitarias hay que derrotarlas porque su objetivo es destruir la democracia.
He vivido como un fracaso personal el llegar a la conclusión de que el PSOE, el partido en el que he militado toda mi vida, no responde a la demanda de los ciudadanos.
Las diputaciones provinciales no tienen sentido más allá de recolocar a quienes los partidos políticos no pueden colocar en ningún otro sitio.
Somos partidarios de la cadena perpetua revisable.
Rosa Diez hablando del presidente del gobierno José Luís Rodríguez Zapatero: sería gallego en el sentido más peyorativo de la palabra; y del presidente de la oposición, Mariano Rajoy: es gallego.
Cuando se dice que se rompe España, yo no me estoy refiriendo a un mapa que se cae a trozos, sino a que se fomenta la desigualdad ante la Ley.
A veces, basta con alzar una bandera para descubrir un ejército dispuesto a luchar.
Lo que este país necesita no es más nacionalismo, sino más democracia.
Cuando los demócratas actúan por separado, los fascistas salen de las alcantarillas, sean de extrema derecha o se reclamen de la extrema izquierda.
Hacer política en Euskadi nunca ha sido fácil. Pero hay gente que ha sufrido mucho más que yo.
El nacionalismo es la ruina para Europa y para España.
Cuando todos los ciudadanos no tienen los mismos derechos en todos los territorios, ya no hablamos de derechos sino de privilegios.
Mítin de de UPyD para las elecciones generales de 2011. 13 de noviembre de 2011.
No queremos ser una sociedad normalizada, ni política ni lingüísticamente; queremos ser una sociedad normal.
Soy socialista por sentido común: mamé el izquierdismo en casa.