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El PSV depende de mí, todos saben que el equipo no tiene condiciones para jugar sin Romário.
Romário
Sin duda, después del equipo del Mundial de 1970, el jugador más importante que jugó con Brasil fui yo.
Años atrás algunos decían que estaba muerto para el fútbol. La respuesta está acá... Voy a ser el segundo en alcanzar los 1000 goles.
Fue el Mundial de Romario. Lo dije y lo cumplí. Soy tetracampeón y el mejor del mundo. Hablo y cumplo. Dije eso para tapar la boca a muchos críticos.
Luego de Pelé, estuvo Diego Maradona. Y después de Maradona, llegué yo.
Hubo una época en la que pasaba por las tiendas y sólo podía mirar, ahora compro todo lo que quise comprar un día y no pude.
Soy ciento por ciento infiel. Me defino como un mujeriego y, en mi apogeo de promiscuidad, llegué a acostarme con tres mujeres el mismo día.
En Río de Janeiro tienen muchos reyes, pero Dios, sólo uno.
Ahora es fácil ser mi amigo. Quería ver esto hace diez años.
Salí el jueves y saldré hoy y a quien no le guste que se joda. Los compañeros que se jodan, pues a ellos no les tengo que dar explicaciones.
Yo no me muerdo la lengua, no me puedo quedar callado ante lo que me parece incorrecto. Para algunos eso es bueno y para otros no.
Un jugador tiene pocos amigos, porque en fútbol no existe la amistad verdadera.
Zico perdió tres Copas del Mundo como jugador y una como entrenador. Es un perdedor nato.
Necesito el fútbol para mí, para llegar a casa con la cabeza despejada. Mi reto en el fútbol es hacerme feliz a mí mismo. El nombre del rival no me interesa.
No soy un caballo paraguayo, más de una vez demostré que soy un pura sangre.
Me voy con el corazón roto pero seguro que si juego en el fútbol español volveré a ser considerado el mejor del mundo.
Quien es ruin se destruye solo.