Imágenes
Yo amo, tú escribes, él sueña, nosotros vivimos, vosotros cantáis, ellos matan.
Roberto Jorge Santoro
Si estoy acorralado entre dos besos, decido acurrucarme al pie de mi corazón y sueño.
Un día, aunque el amor sea el hermano implacable de la lluvia, de mi casa a tus ojos no habrá naufragios.
Muchacha, inventemos el amor con lo que queda es necesario buscar no perder tiempo.
Mi casa se puebla de arlequines cuando hay ruido de besos en el aire.
Es preciso desabrochar la mano, desnudarla en la calle, entrar derribando la puerta de los hombres segundo piso a la izquierda expediente número ternura.
Se derrama el misterio como un papel ajado, atropellando nuestro circo de asombro, todo el esperar castillos y brujas para salirnos del cuerpo como buscando los ángeles, los barriletes huidos, esos interminables bosques de lobos y caperuzas, esas casas de chocolate, de enanos y gigantes, esos silencios de la siesta en que uno cree volver al beso.
Sonríe, dios te ama. Disimula, el comisario vigila.
El corazón sabe algo más porque me duele.
Uno de mis errores fue creer que todos éramos hermanos.