Imágenes
Si no fuera pa mirarte ya no tendría cinco sentidos.
Roberto Iniesta
Se acabó, el odio me arroyó la razón: Con mi época estoy comprometido. Y el amor, se fue volando por el balcón, a donde no tuviera enemigos.
Quiero ser tu perro fiel, tu esclavo sin rechistar, que luego ¡me desato y verás! A ver qué me dice después... So payaso, me tiemblan los pies a su lado.
Ella es una mujer romantica, yo soy un hombre exquisito, yo le tocaba las chochas y ella me tocaba el pito.
Y no me importa que los reyes ya no vengan para mí, con que vengan los camellos, soy, bastardos, más feliz.
Ojalá, que se llame amapola, que me coja la mano y me diga que sola no comprende la vida no.
Dame algún motivo para decirle al sol que sigo estando vivo.
Y dijo Judas: solo necesito un trozo de cuerda.
¿Cuánto más necesito para ser Dios?
Vivo en un vertedero, me acuesto con la luna, ¿qué importa ser poeta o ser basura?
Mi corazón, como una lata de cerveza que te la bebes y al final le das patadas sin pensar que me desquicias la cabeza.
Ella era la reina de las aves y yo le puse cara de ratón. Me desabrochó algo que no sabes y me comió el corazón, chup chup chup...
Tu eres una cucaracha, yo un escarabajo, desde que no me quieres todo se me viene a bajo.
Y me busco en la memoria el rincón donde perdí la razón, y la encuentro donde se me perdió cuando dijiste que no.
Las banderas de mi casa son la ropa tendía.
¿Dónde están los besos que te debo? En una cajita; que nunca llevo el corazón encima, por si me lo quitan.
Si me espera la muerte traicionera y antes de repartirme del todo me veo en un cajón, que me entierren con la picha por fuera pa que se la coma un ratón.
Todas las noches que estoy contigo tu eres quien come, yo soy comido.
Nunca lloro, soy banquero.
Ella era una flor del mar, yo un delfín tras un velero, de esta noche no paso, se ha hundido otro petrolero.
Tú arranca. Yo oigo gritar a las flores. Allá tú con tu conciencia, yo soy cada día más malo, estoy perdiendo la paciencia.
Buscando mi destino, viviendo en diferido, sin ser, ni oír ni dar.
¿Dónde está la salvación que, mortal, buscas? ¿De qué pediré perdón? No me importa, si en mi vida ni hay remedio ni entra Dios, me importa ser siempre yo, mis dioses colores son.
Quiero comer donde me entre hambre, quiero dormir donde me entre sueño, huyes de mi como de un enjambre y harto que estoy de follarte en sueños.
Planeo el atraco a mano armada de su corazón, cada palabra he calculado, ahora falta el valor.
Soy yo el guionista de mi única novela, y siempre gano y me caso con la buena, me va perder, no encontrar mi papel.
Cuando su mirada se ha cruzado con la mía, saltó solo una chispa y prendieron tantos fuegos, que se fue la luz del día, arrasamos los bosques también vi como ardían los nidos en los postes.
Hoy os voy a hablar con la sabiduría que me da el fracaso.
Por dinero los maderos ahí van, detrás de mi, que intento ser feliz.
¿Quien va a meterse por el culo mi libertad de expresión cuando diga que me cago en la constitución?
Pregúntale del tiempo y a ver si se acuerda de mí, pregúntale si es cierto que nadie la ve sonreír, pregúntale que añora y en que piensa cuando llora...
Viento, me pongo en movimiento, y hago crecer las olas del mar que tienes dentro. Tiempo, devuélveme el momento. Quiero pasar las horas nadando mar adentro, y revolcarme por el suelo para empezar todo de cero.
Abre la puerta que soy el diablo, que vengo con perras. Abre, chiquilla, las piernas que vengo a clavarte semillas. Como cada día en el infierno me aburría y me fui de bar en bar.. ví a la virgen María cansada de ser virgen, metida en un portal.
Yo no soy Jesucristo García, a mí no vienen a verme los enfermos, a mi viene a verme la gente sana y yo los pongo a todos ciegos.
Dónde vamos tan deprisa, me pregunta su sonrisa.
No se lo cuentes a nadie, los camellos no me fían.
Soy terco como una mula, y duro: No siento el dolor. No necesito armadura: tengo costra alrededor.
Probaré la droga una de cada y volver fiel a repetir, pa'a encontrar la que más me degrada y abrazarme a ella hasta morir.
Ya no hay peces de colores, sólo seres racionales, y de los animalitos sólo nos quedan postales, dibujados ¡qué bonito! en tu imaginación.
Deja que te diga, nena, que lo nuestro no es equitativo.