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Nuestro interés se encuentra en la orilla peligrosa de las cosas.
Robert Browning
¡Quita el amor y la tierra es una tumba!
Cuando se remontan al cielo es cuando los ángeles se nos revelan.
La muerte, con la potencia de un rayo de sol, toca la carne y despierta el alma.
A un niño de ocho años no se le debe tomar y hacer que jure que no ha de besar nunca a las muchachas.
A una mujer que puede jactarse de tener dos hijos, siempre se le considera rica.
Deja pasar a veinte; y al veintiuno, duro con él.
¡Dios está en el cielo, no te preocupes mundo!
Llévese al amor y la tierra se convierte en tumba.
He escrito treslibros acerca del alma, demostrando cuán absurdo es todo lo anteriormente escrito sobre este asunto y volviendo las cosas a su primer estado de ignorancia.
Yo sostengo que un hombre ha de luchar hasta el final, por el precio en que ha fijado su vida.
El fin, alcáncese o no, es lo que engrandece la vida; intenta emular a Shakespeare, y deja el resto a los hados.
Escribe sobre todo humano esfuerzo esta sola palabra, maldición obsesionante del artista: ¡Incompleto!
La culpa la tiene sólo el tiempo. Todos los hombres se tornan buenos, pero ¡tan despacio!
Haznos felices y nos harás buenos.
Todas las cosas buenas son nuestras; ya el alma no necesita del cuerpo más que lo que el propio cuerpo necesita del alma.
Cuando el hombre comienza a luchar consigo mismo, es señal de que vale algo.
El hombre busca su propio bien aun a costa de todo el mundo.
¿Qué es lo que susurra usted en mis oídos? ¿Que ahora que estoy para morir considere a este mundo como un valle de lágrimas? Mi reverendo señor, ¡no seré yo quien tal haga!.
El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla.
Nunca se juntaron el tiempo, el lugar y el amor.
El éxito de un minuto paga el fracaso de años.
Un momento de éxito compensa el fracaso de años.
Ama un solo día y el mundo habrá cambiado.
Lo que ennoblece al hombre no es un acto, sino un deseo.
La verdad está en nosotros, no viene de fuera.
Más fácil es recomendar tener paciencia que tenerla.
Parecemos tan libres y ¡estamos tan encadenados!
Señor, no sigas produciendo gigantes. Eleva la raza.
¡Envejece conmigo! Lo mejor está aún por llegar.
La ignorancia no es inocencia, sino pecado.
La meta, si se alcanza o no, hace grandiosa la vida; trata de ser Shakespeare, y deja lo demás al destino.
Cuando la lucha comienza por uno mismo, el hombre que lo inicia vale no poco.
Cuando la lucha de un hombre comienza dentro de sí, ese hombre vale algo.
Un león que muere por la coz de un asno. ¡Gran alma ultrajada de un antiguo maestro!
El que tiene siempre ante sus ojos un fin, hace que todas las cosas le ayuden a conseguirlo.