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La mejor compañía es la compuesta de cinco personas.
Richard Steele
¡Cuántos excelentes discursos y cuántas acciones honestas han dejado de dar fruto, nada más que por no haber afectado indiferencia en aquellos casos donde convenía fingirla!
El estado del matrimonio, con los afectos que le son propios o sin ellos, es la más exacta imagen del cielo y del infierno que somos capaces de formarnos en esta vida.
Debo advertir que cuando alguna cosa de este periódico parezca estúpida, será estupidez con mucha miga.
Un favor bien retribuido es tan maravilloso como el honor, para el que lo confiere y el que lo recibe.
Cuando un hombre acierta a vivir su vida en el campo, como presumo que muchísimos lo consiguen, disfruta de un bienestar mucho mayor que el cantado en las descripciones pastoriles de los poetas, o en el aislamiento lleno de vanagloria celebrado por los filósofos.
Sufrimos compasivamente con aquel a quien vemos poco sensible a su propia desgracia, y nos inclinamos a despreciar al que vemos abrumado bajo el peso de sus calamidades.
La lectura es al espíritu, lo que la gimnasia al cuerpo.
El hombre que en una humilde esfera hace lo que puede, obra más heroicamente que el que, en otra más alta, omite una acción noble que estaba en su mano.
Así como en los matrimonios desgraciados las cosas más triviales e indiferentes son motivo de graves disgustos, en los matrimonios bien avenidos son ocasiones de íntima satisfacción.
Los hombres no deben hablar para recrearse a sí mismos, sino para recrear a quienes les escuchan.
La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio es al cuerpo.
Cuando la modestia deja de ser el principal ornato de uno de los dos sexos, y la integridad el del otro, la sociedad está fundamentada sobre una base falsa, y nunca más poseeremos reglas seguras que dirijan nuestro juicio para discernir lo que es realmente decoroso y lo que es ornamental.