Imágenes
Como expresión de una necesidad humana, siempre quise escribir un libro que terminase con la palabra mayonesa.
Richard Brautigan
Lee Mellon me contó con bastante tristeza que después de descubrir que se le habían caído los dientes del bolsillo de la camisa, tardó casi una hora en encontrarlos, y que cuando los encontró, no valía la pena haberlos encontrado.
Siempre que sueño que estoy muerto me siento como si volviera a casa cansado de andar perdido.
No es que los muertos estén siempre en reposo es sólo que ignoramos sus actividades.
Hay muertos que no se van ni al cielo ni al infierno ni a ningún lado se quedan aquí para contarnos al oído la verdadera historia del mundo.
La biblioteca vio la luz primera de sus días debido al deseo y a la necesidad impostergable de tener un lugar así. Se trataba simplemente de que hubiera una biblioteca como ésta. Aquel deseo engendró la existencia del edificio de esta biblioteca, que no es muy de por cierto, y a su personal de planta que en este momento da la casualidad de que está formado por mí.
El arroyo era como 12.845 cabinas de teléfono puestas en hilera, con altos techos victorianos y todas las puertas desmontadas y la parte trasera de la cabina desfondada.
Es extraño cómo un solo disparo puede hacer que todo cambie.
El dostoiewski culinario, por James Falon. El autor dijo que se trataba de un libro de recetas encontradas en las novelas de Dostoiewski. Algunas son muy buenas -dijo-. Ya he comido todo lo que cocinó Dostoiewski.
Algunos amigos muertos y yo nos reunimos en esas tardes de ocio que abundan en la muerte y mientras tomamos cerveza muerta y escuchamos música muerta nos sentamos a mirar la vida igual que los vivos miran la televisión.
Ése es un paisaje hermoso pensó la hormiga ante una barra grande de pan poco antes de que el cielo se desplomara sobre su cabeza disfrazado de la edición dominical del New York Times.
De la vida lo que más extraño es mi sombrero, es un enigma no resuelto lo que sucede con los sombreros de la gente muerta. Cuando me maté lo primero que cayó al suelo fue mi sombrero y ya nunca más lo volví a ver.
Como la vida es tan corta la muerte nos extiende el plazo: es eterna y gratis.
Sus pezones eran pequeños y se veían delicadamente sonrosados en comparación con la amplia expansión de sus senos. Sus pezones eran muy finos. Eran una incongruencia más en el cuerpo de Vida.
Sé que va a llover. Las nubes han estado jugando todo el día con el azul estilo del cielo llevando de un lado a otro sus negros y pesados vestuarios, pero hasta ahora nada de lluvia ha caído.