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Las ayudas que reciben con una mano las entregan con otra.
Ricardo Blázquez
La iglesia no es rica ni quiere serlo; no busca privilegios; sólo aspira a disponer de los recursos suficientes para desarrollar la misión que el Señor le ha encomendado.
Recuerdo que, a la muerte de Pío XII, nos decíamos: ¿quién podría alcanzar sus cotas de sublimidad y trascendencia? Entonces vino Juan XXIII, un anciano regordete y bajito que al sentarse mostraba los pantalones debajo de las vestiduras sagradas. ¡Y ese hombre rústico nos trajo la renovación de la Iglesia!
Tengo mis raíces en esta tierra. Y todos sabéis que para que un árbol se mantenga vivo y dé frutos tiene que tener bien arraigadas sus raíces en tierra fecunda.
La familia es como el vino de solera. Es uno de los servicios seguros que la Iglesia puede ofrecer a la sociedad, porque el matrimonio y la familia son centros neurálgicos de la sociedad.