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Pensad antes de obrar y no comencéis nada sin haber consultado las circunstancias bien a fondo.
René Descartes
El que no duda no sabe cosa alguna.
La multitud de leyes frecuentemente presta excusas a los vicios.
Divide las dificultades que examines en tantas partes como sea posible, para su mejor solución.
Mi objetivo no es enseñar el método que todo el mundo debería seguir para utilizar bien su razón, sino únicamente mostrar cómo he tratado de utilizar bien la mía.
Dicen que el mono es tan inteligente que no habla para que no lo hagan trabajar.
Es suficiente juzgar bien para hacer bien, y juzgar lo mejor posible para obrar también de la mejor manera. Cuando se está seguro de que es así, uno no puede dejar de estar contento.
El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es la más dulce de todas las pasiones.
Para obrar bien basta con bien discernir, y para obrar de la mejor manera posible, basta también con discernir del mejor modo posible.
Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro.
Cuando se concede demasiado tiempo a viajar, se acaba por convertirse uno en extranjero en su propia patria.
La verdadera inteligencia consiste en descubrir la inteligencia ajena.
Así pues, supondré que hay, no un verdadero Dios que es fuente suprema de verdad, sino cierto genio maligno, no menos artero y engañador que poderoso, el cual ha usado de toda su industria para engañarme.
Debemos creer todo lo que Dios ha revelado, aunque pueda superar el alcance de nuestras facultades.
Apenas hay algo dicho por uno cuyo opuesto no sea afirmado.
Nuestra idea de Dios implica la existencia necesaria y eterna. Por tanto, la conclusión manifiesta es que Dios existe.
Pienso, luego existo. (Cogito, ergo sum)
En cuanto a la lógica, sus silogismos más bien sirven para explicar a otros las cosas ya sabidas, que para aprender.
La existencia del objeto necesita una garantía ajena: justamente la existencia de Dios.
La duda sistemática como principio del conocimiento.
Muchas veces sucede que no hay tanta perfección en las obras compuestas de varios trozos y hechas por las manos de muchos maestros, como en aquellas en que uno solo ha trabajado.
Con frecuencia una alegría improvisada vale más que una tristeza cuya causa es verdadera. Sepamos, pues, improvisar nuestra alegría.
La primera máxima de todo ciudadano ha de ser la de obedecer las leyes y costumbres de su país, y en todas las demás cosas gobernarse según las opiniones más moderadas y más alejadas del exceso.
Leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque el autor, en el libro, sólo ha puesto sus mejores pensamientos.
No ser útil a nadie equivale a no valer nada.
La razón es la propiedad mejor repartida entre los hombres, pues ninguno reclama más cantidad de ella, porque todos creen tener la suficiente.
Las demostraciones de la existencia y veracidad de Dios no hacen sino contestarla, afirmando la racionalidad del conocimiento, la posibilidad del conocimiento, la confianza postrera que hemos de tener.
Con tal de que nuestra alma tenga con qué satisfacerse interiormente, todos los azares exteriores no tendrán fuerza bastante para hacerle daño.
Me dirigiré en principio contra los fundamentos mismos en que se apoyaban todas mis opiniones antiguas.
Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas, una vez en la vida.
Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender.
Despréndete de todas las impresiones de los sentidos y de la imaginación, y no te fíes sino de la razón.
Los más generosos acostumbran a ser los más humildes.
La matemática es la ciencia del orden y la medida, de bellas cadenas de razonamientos, todos sencillos y fáciles.
Si yo estoy persuadido de algo, o meramente si pienso algo, es porque yo soy.
El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, puesto que cada uno piensa estar tan bien provisto de él que, incluso aquellos que son más difíciles de contentar en otra cosa cualquiera, no acostumbran a desear más de lo que tienen.
Duerma yo o este despierto, dos mas tres serán siempre cinco, y el cuadrado no tendrá mas que cuatro lados.
No basta tener buen ingenio; lo principal es aplicarlo bien.
Sólo somos racionales a la luz de nuestra misma especie.
La lectura de todo buen libro es como una conversación con los hombres que lo han escrito, los más dignos de las edades pasadas; una conversación selecta, en la cual no nos descubren sino sus mejores pensamientos.