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Los militares deben recordar que son servidores de la República y no sus amos. Y en vez de guardar las urnas deben guardar mejor el patrimonio nacional y los derechos humanos.
Raúl Alfonsín
Vale remarcar que cuando nos referimos a una sociedad de progreso pensamos en la utopía -nunca en la quimera- de una comunidad construida sobre la ética donde cada sector tenga la verdad y la justicia como valores centrales, y los medios de comunicación estén insertados en la misma filosofía.
Lo que aquí se ha olvidado, por militares y civiles, para mal del país y de las propias organizaciones castrenses, es aquella regla de oro que se aplica y prevalece en todas las naciones civilizadas del mundo, cualesquiera sean su régimen político o su signo ideológico dominante, y que determina que las Fuerzas Armadas deben subordinarse a la autoridad civil institucionalmente establecida.
Democracia es vigencia de la libertad y los derechos, pero también existencia de igualdad de oportunidades y distribución equitativa de la riqueza. Tenemos libertad pero nos falta la igualdad.
Si la política fuera solo el arte de lo posible sería el arte de la resignación.
Es indispensable crecer hacia el sur, hacia el mar y hacia el frío, porque el sur, el mar y el frío fueron la señales de la franja que abandonamos, los segmentos del perfil inconcluso que subsiste en la Argentina.
Nosotros venimos a afirmar que no creemos esto de que la sociedad se haya derechizado. La sociedad estuvo confundida y está cada vez más clara, pero si se hubiera derechizado, lo que tiene que hacer la Union Cívica Radical en todo caso, es prepararse para perder elecciones, pero nunca para hacerse conservadora.
Democracia con la que se vota, pero también democracia con la que se come, con que se educa y con la que se cura.
Yo les pido disculpas a todos por mis equivocaciones pero tengan la seguridad que hay una pasión argentina que me mueve y que nada me va a convencer de que no es necesario seguir adelante, no me importan los votos, me importa el futuro de nuestros hijos, senor presidente.
A vos no te va mal, gordito.
Para evitar derramamiento de sangre, di instrucciones, a los mandos del Ejercito para que no se procediera a la represión... y hoy podemos todos, dar gracias a dios, la casa está en orden y no hay sangre en la Argentina.
Con la democracia se come, con la democracia se educa, con la democracia se cura.
Sigan a las ideas, no sigan a los hombres, fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática.
El presidente de la Argentina es el presidente Cavallo.
Les pido que me esperen acá, dentro de un rato vendré con la noticia de que cada uno de nosotros, podremos volver a nuestro hogares, para darle un beso a nuestro hijos, y en ese beso decirles, que le estamos asegurando la libertad para los tiempos.
Iniciamos una etapa que sin duda será difícil, porque tenemos todos, la enorme responsabilidad de asegurar hoy, y para los tiempos, la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina.