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No voy a decir que lo repetiría, pero me vino bien. Me movía por inercia, no tuve ni un mes para pararme a reflexionar. Gracias al desafortunado incidente, llegué a mi casa y me planteé muchas cosas de mi vida.
Ramón Melendi
Si no hubieramos sido reacios a dar por la vida dos vueltas hoy tendriamos alas para volar por los sueños que otros cuentan.
Tendré que echarte a suertes, cara no volverte a ver, cruz quererte para siempre.
Tengo prisa ya por verte, por tenerte entre mis brazos, porque cuando tu estás lejos no me late el corazón.
Y quisiera ver en ti la luz, que encontre algún día pero no eras tu, fue tan solo un simple reflejo de la condicion de mi corazón, que tiende a sufrir cuando habla de amor.
Y vuelvo a estar más loco que de atar, dibujo corazones después de echar mi aliento en los cristales de tu voz y vuelvo a respirar tu aire y mis pulmones se llenan de la vida que me quitas al andar.
No voy a decir que volvería a hacerlo, pero sí que me influyó positivamente.
La cabra siempre acaba tirando al monte.
Ya no sé si estoy fuera o dentro del radar de tu corazon.
Eres tan tenue como la luz que alumbra mi vida, la más madura fruta prohibida.
-No, vida, voy tranquilito, a mi ritmo. No soy ambicioso.
Que lo mejor de mi pasado sea lo peor de tu futuro.
Si no hubieramos visto mil veces las putas orejas al lobo, cada vez que la vida nos da la ostia se nos queda esa cara de bobos.
Para que soñar con ser algo más si mañana no me voy a acordar del dulce sabor de nuestro sudor, ni tu de mi nombre.
No me obsesiono con ser el más rico del cementerio.
Bueno, tengo que ser coherente con mi pasado.
Atentamente nunca tuyo.
Mucho más que la vida, me ha cambiazo la cabeza.
Recuerdo bien nuestra última cita por que no fuimos ni tu ni yo, yo tenia miedo a que tú no fueras y tú por miedo a que fuera yo.
Ya no sé si es el tiempo que va muy deprisa, o voy yo muy despacio y nadie me avisa.
Pues por ti hago lo que sea, mientras no cueste trabajo.
Y ya no digo lo que pienso, porque sólo pienso en ti.
Se ha roto la cuerda que me ataba a la razón.
Si estoy en carne viva, no me tires alcohol, curame con saliva.
Por lo menos yo sé a dónde quiero ir, otra cosa es que la gente tarde más en entenderlo.
No quiero nadie a mil alrededor que me salpique esta condena que algunos todavía llaman amor.
Te garantizo que si volviera a nacer, seguramente volvería a recaer, en todos los vicios que algún día conocí, en todas las noches que pasé pensando en ti.
Yo nunca quise venderte, tan sólo quise anunciarte.