Imágenes
Patria, te doy de tu dicha la clave: se siempre igual, fiel a tu espejo diario.
Ramón López Velarde
Por débil y pequeña, oh flor del paraíso, cabías en el vértice del corazón en fiesta que te quiso.
¡Ay de Dios, que tu palabra me tiene embrujada el alma!
La alondra me despierta con un tímido ensayo de canción balbuceante y un titubeo de sol en el ala inexperta.
La patria es impecable y diamantina.
La más trivial de tus acciones es pasto para mí, como la miga es la felicidad de los gorriones.
Transmutase mi alma en tu presencia como un florecimiento que se vuelve cosecha.
El soltero es el tigre que escribe ochos en el piso de la soledad. No retrocede ni avanza.
Al decir que las penas son fugaces en tanto que la dicha persevera, tu cara es sugestiva y hechicera.
En el bosque de amor, soy cazador furtivo; te acecho entre dormidos y tupidos follajes.
Me estás vedada tú... Soy un fracaso de confesor y médico que siente perder a la mejor de sus enfermas y a su más efusiva penitente.
Y pensar que pudimos enlazar nuestras manos y apurar en un beso la comunión de fértiles veranos...
Una música íntima no cesa, porque transida en un abrazo de oro la caridad con el amor se besa.