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A gran necesidad, gran diligencia.
Ramon Llull
El hombre sensato no se alegra con mucha frecuencia.
El perezoso pide por poco trabajo gran estipendio.
La medicina es, por su naturaleza, una filosofa.
Amor es aquella cosa que pone en servidumbre a los libres y da libertad a los siervos.
El amor mueve; el temor retrae.
Con tu vecino no hables ni de tu mujer ni de la suya.
El poder de los príncipes es el instrumento de los fines del pueblo.
La envidia mata de continuo al envidioso.
Si te casas para adquirir mayor consideración, no establezcas excesiva familiaridad con tu mujer.
El necio cree dar gusto y causa tedio.
Procura que tu perro no muerda al de tu vecino.
No confieses tu pecado al que no tenga conciencia del pecado.
La vida del hombre consiste en la concordancia de sus partes.
Hombre paciente no es vencido.
Las disensiones de los pueblos hacen abusivo el poder de los príncipes.