Imágenes
Ningún ejemplo del arte por el arte como la flor.
Ramón Gómez de la Serna
La lluvia es triste porque nos recuerda cuando fuimos peces.
La castañera asa los corazones de invierno.
Amor que ha perdido la memoria: desamor.
El único que cambia de verdad la faz del planeta es el que ara modestamente el terruño.
La envidia de la felicidad ajena es como la guadaña que siempre se está afilando y afilando.
El libro es un pájaro con más de cien alas para volar.
Monólogo significa: el mono que habla.
Todas las ciudades si desapareciesen por completo no sé si resucitarían o quedarían en ruinas. Nápoles habrá de resucitar época tras época por el sitio en que está y porque la dulzura de vivir está escrita indeleblemente en el sitio que ocupa.
Si no fuesemos mortales no podríamos llorar.
Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte.
Los rosales son poetas que quisieron ser rosales.
A los presos los visten con pijamas de rayas para ver si vestidos de rejas no se escapan.
Los presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.
Astrónomo: título para disimular un noctámbulo impertinente.
Cuando el doctor escribe la receta nos mira una última vez para ver si pone una medicina de las caras o de las baratas.
Los ladrillos saben esperar.
Al inventarse el cine las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar.
La ópera es la verdad de la mentira; el cine es la mentira de la verdad.
Al pasar un barco entre dos casas, parece un barco de teatro entre bastidor y bastidor.
Las croquetas deberían tener hueso, para que pudiéramos llevar la cuenta de las que comemos.
Lo que defiende a las mujeres es que piensan que todos los hombres son iguales, mientras que lo que pierde a los hombres es que piensan que todas las mujeres son diferentes.
La pistola es el grifo de la muerte.
Al oír la sirena parece que el barco se suena la nariz.
La mariposa posándose en todas las flores es la mecanógrafa del jardín.
Sólo hay un olor que puede competir con el olor a tormenta: el olor a madera del lápiz.
La felicidad consiste en ser un desgraciado que se sienta feliz.
Los ojos de las estatuas lloran su inmortalidad.
Lo peor de la ambición es que no sabe bien lo que quiere.
El caracol siempre está subiendo su propia escalera.
Si vais a la felicidad llevad sombrilla.
Cuando el escritor ha llegado a la vejez, es cuando sospecha que el artículo que está escribiendo lo escribió ya otra vez.
Es conmovedor en las óperas ver que cuando lloriquea la que canta todo el coro la consuela.
Senos: el misterio móvil.
El tango está lleno de despedidas.
Exceso de fama: difamación.
Cuando el segundo reloj del trayecto marca la misma hora que el reloj que vimos antes, nos hemos ahorrado el trayecto.
El caballo con la cabeza baja mientras pace parece estar leyendo el paisaje como un corto de vista.
Daba besos de segunda boca.
Hay días tan húmedos que los tenedores padecen el reumatismo.