Imágenes
Porque tiene en los valles de la luna su derecho de asilo el pensamiento.
Ramón de Campoamor
Velas de amor en golfos de ternura vuela mi pobre corazón al viento y encuentra, en lo que alcanza, su tormento, y espera, en lo que no halla, su ventura.
Vuelve el amor del odio y de la ausencia, pero no del desprecio y del hastío.
Les falta algo de amor a los amores que no son un infierno de dolores.
La conciencia a los culpados ahorca tan pronto y bien, que hay muy pocos que no estén dentro de su pecho ahorcados.
¡Ay! ¡Ay! Más cerca de mí te siento cuando más huyo de ti, pues tu imagen es en mí, es en mí, sombra de mi pensamiento, sombra de mi pensamiento.
¡Cuán ciego el amor, cuán ciego falta al deber más sagrado! Y es de ver ¡cómo al amor faltan luego los que primero han faltado al deber!
Yo voy a ti como va sorbido al mar ese río.
Ser esclavo de quien se ama, es tener por prisión el Paraíso.
O vienes o me voy. ¡Te amo de modo que es imposible que yo viva, hermosa, un mes lejos de ti!
¡Sobre arena y sobre viento lo ha fundado el cielo todo!
Tu semblante augura castidad y salud; bien dicen, Asunción, que la hermosura es casi una virtud.
Para ablandar lo duro del destino ha dado Dios a la mujer el llanto, que es lo que hay en lo humano de divino.
Que son la ventura o desventura reflejos nada más de lo pasado.
¡Oh, encantadores seres del alma humana incomprensible abismo! ¡Si el hombre sabe poco de sí mismo, sabe menos quizás de las mujeres!
Si en la senda del mal te ves perdida, no sigas adelante. Para volver al bien en esta vida todo momento es el supremo instante.
Las preocupaciones se pierden con el tiempo.
No hay sabio a quien no engañe cualquier necia.
Que es más vil la calumnia que con maña injerta en la verdad una mentira.
¡Ay del que va en el mundo a alguna parte y se encuentra una rubia en el camino!..
La amistad es un amor que no se comunica por los sentidos.
Porque al besar la madre a un hijo amado, besa a un tiempo el amor del que ha nacido.
Te sueles confesar con tu conciencia y te absuelves después sin penitencia.
¡No engaña a las mujeres ningún hombre: Por regla general se engañan ellas!
La niña es la mujer que respetamos; la mujer es la niña que engañamos.
Tened miedo de aquellas que eclipsan, siendo feas, a las bellas.
La envidia es la polilla del talento.