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Debemos nacionalizar a las masas de trabajadores para que ellos sean el pilar básico del Estado.
Ramiro Ledesma Ramos
La juventud está ante un límite histórico. Ignorar este límite es buscar la aniquilación. Estas masas juveniles, portadoras del mensaje de revolución deben encontrar en las J.O.N.S. el órgano político a través del cual canalizar sus ansias de revolución nacional.
Queremos y pedimos la aplicación de las penas más rigurosas para aquellos que especulen con la miseria del pueblo.
Vamos al triunfo y somos la Verdad Española.
España lleva doscientos o más años ensayando el mejor modo de morir.
El fascismo es la forma política y social mediante la que la pequeña propiedad, las clases medias y los proletarios más generosos y humanos luchan contra el gran capitalismo en su grado último de evolución: el capitalismo financiero y monopolista.
No me mataréis como un cordero sólo moriré donde yo quiero.
Sólo los ricos pueden permitirse el lujo de no tener patria.
El fascismo sabe que la democracia parlamentaria es el régimen ideal para que predominen, del modo más descarado, las peores formas de feudalismo moderno.
A Ramiro Ledesma y sus camaradas les viene mejor la camisa roja de Garibaldi que la negra de Mussolini.
El resentimiento marxista es el máximo enemigo y hay que aniquilarlo en nombre de la Patria amenzada.
En las luchas contra el imperialismo económico extranjero, por la industrialización nacional, por la justicia en los campos, contra el parasitismo de los grandes rentistas, etc., la posición que conviene a los trabajadores es la posición misma del interés nacional.
El fascismo nace y se desarrolla en capas sociales desasistidas y en peligro. Su representación más típica la constituyen las clases medias, que después de experimentar la inanidad de la democracia liberal, no se entregan, sin embargo, a la posición clasista de los proletarios.