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El que se ocupa demasiado de hacer el bien no tiene tiempo de ser bueno.
Rabindranath Tagore
No hay más que una historia: La historia del hombre. Todas las historias nacionales no son más que capítulos de la mayor.
Si cerráis la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera.
El líder verdadero siempre es guiado.
No basta compartir las ideas con el prójimo; se ha de compartir la vida.
La muerte, como el nacimiento, es propia de la vida. Andar es tanto levantar el pie como bajarlo al suelo.
Hemos sido llamados al concierto de este mundo para tocar de la mejor manera posible nuestro instrumento.
Y al partir serán estas mis últimas palabras: me voy, dejo mi amor detrás.
El hacha del leñador le pidió al árbol el mango, y el árbol se lo dio.
La oscuridad de la noche es un saco que rebosa el oro del amanecer.
Deja que tu vida dance ligeramente sobre los hilos del tiempo como la gota del rocío sobre el dorso de una hoja.
¡Cómo pinta el deseo los colores del iris en las nieblas de la vida!
Sobre las olas de la vida, en el vocerío del viento y del agua, el pensamiento del poeta está siempre flotando y bailando.
No porque arranques sus hojas a una flor, cogerás su hermosura.
El Amor es el significado ultimado de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento, es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación.
He jugado en esta casa de juguetes de formas infinitas; y vislumbré, jugando, a aquel que no tiene forma.
Para que una revolución tenga éxito debe redescubrir valores ya olvidados y adaptarlos a las exigencias de la época.
Sé como el sándalo, que perfuma el hacha del leñador que lo hiere.
La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.
La verdad no está de parte de quién grite más.
No es tarea fácil dirigir a hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo.
La vida es la constante sorpresa de saber que existo.
Dios me respeta cuando trabajo, pero me ama cuando canto.
Es fácil hablar claro cuando no va a decirse toda la verdad.
El arco susurra a la flecha antes de lanzarla: Me debes tu libertad.
Lo más grande va sin reparo con lo más pequeño. Lo mediocre va solo.
Tengan los muertos la inmortalidad de la fama, pero sea para los vivos la del amor.
La cascada canta: Cuando llego a mi libertad, encuentro mi canción.
Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas.
Cuanto más grandes somos en humildad, tanto más cerca estamos de la grandeza.
La verdad llega como conquistadora solo porque hemos perdido el arte de recibirla como invitada.
Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que, constante y paciente, la sostiene en la sombra.
El hombre, cuando es animal, es peor que el animal.
Sólo yo tengo el derecho de corregir, pues sólo puede castigar quien ama.
¡Qué pequeña eres, brizna de hierba! Sí, pero tengo toda la tierra a mis pies.
La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos.