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El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de cuidadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.
Platón
Pero, ¿cómo -dije yo- podría contestar, oh, el mejor de los hombres, quien primeramente no sabe nada, y así lo confiesa, Sócrates.
El hombre es el animal que observa sus propios excrementos.
Debemos, pues, según parece, vigilar ante todo a los forjadores de mitos y aceptar los creados por ellos cuando estén bien y rechazarlos cuando no; y convencer a las madres y ayas para que cuenten a los niños los mitos autorizados, moldeando de este modo sus almas por medio de las fábulas.
Pues yo al menos no puedo decir que exista para un joven recién llegado a la adolescencia mayor bien que tener un amante virtuoso, o para un amante, que tener un amado.
La medicina puede ser considerada como el conocimiento de las preferencias y los deseos del cuerpo y la manera de satisfacerlos o no.
con respecto a las personas crónicamente minadas por males internos, no se consagra a prolongar y amargar su vida con un régimen de paulatinas evacuaciones e infusiones de modo que el enfermo pueda engendrar descendientes que, como es natural, heredarán su constitución.
Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia.
El mundo de las ideas incide el mundo físico; piensa bien y harás lo correcto.
En las asociaciones mutuas, donde uno se junta con otro, nunca verás que, al disolverse la comunidad, el justo tenga más que el injusto, sino menos.
La peor forma de injusticia es la justicia simulada.
El virtuoso se conforma con soñar lo que el pecador realiza en la vida.
... nadie es justo de grado, sino por fuerza...
El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos.
No hay amores viles, sino físicos, y no constantes, y hay otros amores estables.
En el alma de un esclavo no puede hallarse el menor resquicio donde pueda albergarse la virtud, y que ningún hombre sensato puede fiarse nunca de ellos. El más sabio de los poetas (Homero) declara así, refiriéndose a Zeus, nos dice: al hombre que cae en esclavitud, Zeus le priva la mitad de su alma... Las Leyes. Libro VI.
El cuerpo es la cárcel del alma inmortal.
Tampoco hay nada menos apropiado para los guardianes que la embriaguez, molicie y pereza.
Debemos buscar para nuestros males otra causa que no sea Dios.
El rico tiene muchos consuelos.
Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre.
La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.
El alma de un filósofo se separa de su cuerpo y desea estar sola y existir por sí misma.
Porque sin duda alguna se ordena a los inferiores hacer lo inconveniente para el más fuerte.
¿Y que diremos del piloto? ¿El verdadero piloto es jefe de los marinos o marino? - Jefe de los marinos.
Hay dos formas de inconformismo: la una activa, y la otra indolente y plañidera.
La divinidad es, por tanto, absolutamente simple y veraz en palabras y en obras y ni cambia por sí ni engaña a los demás en vigilia ni en sueños con apariciones, palabras o envíos de signos.
La oportunidad es el instante preciso en que debemos recibir o hacer una cosa.
Donde reina el amor, sobran las leyes.
Tu estás joven, hijo mío, y cuando pasen los años el tiempo hará sus cambios y hará retroceder muchas cosas que expresas en tus opiniones actuales. Contrólate, por lo tanto, y no sirvas de árbrito para juzgar el mundo.
No hay un solo rey que no descienda de un esclavo, ni un esclavo que no haya tenido reyes en su familia.
Tus bienes y tus males dependen de aquellos con quienes más te hayas juntado.
Cuando una multitud ejerce la autoridad, es más cruel aún que los tiranos.
Y resulta evidente que ningún arte ni gobierno dispone lo provechoso para sí mismo, sino que, como veníamos diciendo, lo dispone y ordena para el gobernado, mirando al bien de éste, que es el más débil, no al del más fuerte.
Y, así, el número parece conducir a la verdad.
Hasta que los filósofos se encarguen del gobierno o los que gobiernan se conviertan en filósofos, de modo que el gobierno y la filosofía estén unidos, no podrá ponerse fin a las miserias de los Estados.