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La civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza.
Platón
Cuando la muerte se precepita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo.
Lo que es tuyo es mío, y lo que es mío es tuyo.
Ya hemos dicho que el legislador, cuando trate de promulgar sus leyes, debe proponerse tres objetivos: que el estado quien ha de aplicarlas debe ser libre; que sus ciudadanos han de estar unidos y que éstos han de ser cultos ¿no es así?
Uno de los castigos por rehusarte a participar en política, es que terminarás siendo gobernado por hombres inferiores a ti.
Si bien buscas, encontrarás.
No es en los hombres, sino en las cosas mismas, donde es preciso buscar la verdad.
Yo declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte.
... si adquieren tierras propias, casas y dinero, se convertirán de guardianes en administradores y labriegos y de amigos de sus conciudadanos en odiosos déspotas.
Qué tal andas, Sófocles, con respecto al amor? ¿Eres capaz todavía de estar con una mujer?. Y el repuso: No me hables, buen hombre; me he librado de él con la mayor satisfacción, como quien escapa de un amo furioso y salvaje.
Los muchachos deben abstenerse de beber vino, pues es un error añadir fuego al fuego.
Dos excesos deben evitarse en la educación de la juventud; demasiada severidad, y demasiada dulzura.
Cometer injusticia es más ignominioso que recibirla.
Ante todo es necesario cuidar del alma si se quiere que la cabeza y el resto del cuerpo funcionen correctamente.
Los muertos son los únicos que ven el final de la guerra.
Ante todo nadie poseerá casa propia excepto en caso de absoluta necesidad.
Por consiguente, también a las mujeres habrá que introducirlas en ambas artes, e igualmente en lo relativo a la guerra; y será preciso tratarlas de la misma manera.
Las ideas no son perceptibles por nuestros sentidos sino que sólo las había conocido el alma estando separada del cuerpo y que, al unirse a él en el nacimiento, las olvidaba.
La belleza es el esplendor de la verdad.
No consideramos que la justicia se nos presente por naturaleza, porque sí, sino porque se puede enseñar y se aprende con la práctica.
Si era hijo de dios objetaremos no pudo ser codicioso. Y si lo era, no sería hijo de ningún dios.
Para decirlo, pues, brevemente: los que cuidan de la ciudad han de esforzarse para que esto de la educación no se corrompa sin darse ellos cuenta, sino que en todo han de vigilarlo, de modo que no haya innovaciones contra lo prescrito...
No existe hombre tan cobarde como para que el amor no pueda hacerlo valiente y transformarlo en héroe.
Si Dios es bueno, no es el autor de todas las cosas, sino sólo de una cuantas, y no de la mayor parte de las que le ocurren al hombre.
Como cada uno es, tal es su vida.
La menor parte de lo que ignoramos, es mayor de todo cuanto sabemos.
El hombre sabio querrá estar siempre con quien sea mejor que él.
¡Oh, Heracles! Aquí está Sócrates con su acostumbrada ironía; ya les había yo dicho a éstos que tú no querrías contestar, sino que fingirías y acudirías a todo antes que responder, si alguno te preguntaba.
Ningún hombre es lo suficientemente sabio por sí mismo.
El que deseche la religión quita los fundamentos de la sociedad humana.
El tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento.
La razón y el valor siempre se impondrán a la traición y a la ingratitud.
¡Oh, Sócrates, cuán raras veces bajas a vernos al Pireo!
Aquellos -dije- que nos relataban Hesíodo y Homero, y con ellos los demás poetas. Ahí tienes a los forjadores de falsas narracciones que han contado y cuentan a las gentes.
... nosotros no establecemos la ciudad mirando a que una clase de gente sea especialmente feliz, sino para que lo sea en el mayor grado posible la ciudad toda;...
Tres facultades hay en el hombre: la razón que esclarece y domina; el coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que obedecen.
El amor consiste en sentir que el ser sagrado late dentro del ser querido.
Amor: una enfermedad mental muy grave.
El filósofo es un hombre que desea discernir la verdad.
Podemos perdonar fácilmente a un niño que le tiene miedo a la oscuridad, la verdadera tragedia de la vida es cuando un adulto le tiene miedo a la luz.