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Las cartas de recomendación son las que se entregan a un inoportuno para que vaya a importunar a otro.
Pitigrilli
El amor es un beso, dos besos, tres besos, cuatro besos, cinco besos, cuatro besos, tres besos, dos besos, un beso y ningún beso.
El hombre no vive, como las bestias salvajes, en un mundo de cosas meramente físicas, sino en un mundo de signos y símbolos.
Si das con una buena mujer serás feliz; y si no te volverás filósofo, lo que siempre es útil para el hombre.
La miseria es una enfermedad que si no se cura a los treinta, se hace crónica.
El sentido común es el sentido de la oportunidad.
Estimo mucho a las personas que conozco. De aquí que no trate de conocer a nadie.
La elegancia es cuestión de esqueleto.
Para las mujeres es bueno poseer muchos defectos, pues no nos suelen amar por nuestras virtudes.
La estadística es una ciencia según la cual todas las mentiras se tornan cuadros.
Médicos sin clientes son llamados científicos.
Ser hombre es ya por sí mismo una circunstancia atenuante.
La moda es la pugna entre el instinto natural de vestirse y el instinto natural de desnudarse.
Florencia es una ciudad para las parejas casadas; Venecia, para los amantes; Turín, para los cónyuges adultos que ya no tiene nada que decir.
Los funcionarios son los empleados que el ciudadano paga para ser la víctima de su insolente vejación.
La ironía no es nunca inmoral.
No hay ninguna vergüenza para cambiar de opinión todos los días: para cambiar de opinión es necesario contar con ideas de repuesto.