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El ser tentado es signo de que el alma es muy grata al Señor.
Pío de Pietrelcina
La oración es el pan y la vida del alma; es el respiro del corazón, no quiero ser más que esto, un fraile que ama.
Igual que el cuerpo necesita de alimentarse, así el alma necesita día tras día de la cruz, para purificarse y separarse de las criaturas.
Una sola cosa es necesaria: consolar tu espíritu y amar a Dios.
Dulce es el yugo de Jesús, liviano su peso, por lo tanto, no demos lugar al enemigo para insinuarse en nuestro corazón y robarnos la paz.
El amor y el temor deben estar unidos: el temor sin amor se vuelve cobardía; el amor sin temor, se transforma en presunción. Entonces uno pierde el rumbo.
Digámonos con el pleno convencimiento de que nos decimos la verdad: alma mía, comienza hoy a hacer el bien, que hasta ahora no has hecho nada.
Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración... La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón...
El tiempo transcurrido en glorificar a Dios y en cuidar la salud del alma, no será nunca tiempo perdido.
El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena; no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena. Mantente, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará.
Quédate conmigo, Señor...
El sufrir es de todos. El saber sufrir es de pocos.
Muchas veces ignoramos que para crecer tenemos necesidad de pan duro; es decir, necesitamos cruces, pruebas, contradicciones.
Solo quiero ser un fraile que reza...
El sufrimiento de los males físicos y morales es la ofrenda más digna que puedes hacer a aquel que nos ha salvado sufriendo.
Dulce es la mano de la Iglesia también cuando golpea, porque es la mano de una madre.
No hay tiempo mejor empleado que el que se invierte en santificar el alma del prójimo.
La humildad es verdad, y la verdad es humildad.
La clave de la perfección es el amor. Quien vive de amor, vive en Dios, pues Dios es amor, como dice el Apóstol.
Con el estudio de los libros se busca a Dios; con la meditación se le encuentra.
Haré más desde el Cielo, de lo que puedo hacer aquí en la Tierra.
Has construido mal; destruye y reconstruye bien.
No amar es como herir a Dios en la pupila de Su ojo. ¿Hay algo más delicado que la pupila?
Procura no inquietar tu alma ante el triste espectáculo de la injusticia humana. Sobre esta injusticia verás un día el triunfo definitivo de la justicia de Dios.