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Llegará el día en que después de aprovechar el espacio, los vientos, las mareas y la gravedad; aprovecharemos para Dios las energías del amor. Y ese día por segunda vez en la historia del mundo, habremos descubierto el fuego.
Pierre Teilhard de Chardin
No somos seres humanos con una experiencia espiritual. Somos seres espirituales con una experiencia humana.
Todo cuanto puede hacer un hombre, ciertamente, es dar su afecto a un solo ser o a algunos contados seres humanos.
Nosotros mismos somos nuestro peor enemigo. Nada puede destruir a la Humanidad, excepto la Humanidad misma.
El Amor... Por su ubicuidad, su fogosidad y el espectro innumerable de sus formas, esta extraña potencia ha intrigado y fascinado desde siempre a los maestros del pensamiento humano.
Amor significa colocar la propia felicidad en la felicidad de los otros.
Las grandes verdades se sienten antes de expresarse.
Uno a uno, Señor, veo y amo a quienes me has dado como apoyo y deleite natural de mi existencia.
Tú has visto con frecuencia por la noche cómo ciertas estrellas cambian su luz: tan pronto son perlas de sangre como destellos aterciopelados violáceos. Y has visto también cómo el arco iris se desplaza sobre una burbuja transparente... Así, en un tornasol inexpresable, brillaban, sobre la fisonomía inmutable de Jesús, la luz y los colores de toda nuestra belleza.
No hay nada valioso, salvo la parte de usted que se encuentra en otras personas, y la parte de los demás que está en ti.
No hay en nosotros un cuerpo que se alimente independientemente del alma. Todo cuanto el cuerpo ha admitido y ha comenzado a transformar es preciso que a su vez el alma lo sublime.
En la escala de lo cósmico sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero.
Era preciso que cayera sobre mí una chispa para hacer brotar el fuego.
El pasado me ha revelado la estructura del futuro.
Nada vale la pena de ser encontrado sino lo que jamás ha existido aún.
Impulsados por el amor, los fragmentos del mundo se buscan mutuamente, de manera que el mundo puede llegar a ser.
¿No es evidente que, por trascendentes y creadores que sean, el amor y el celo de Dios no podrían caer más que sobre un corazón humano, es decir, sobre un objeto preparado (lejana o próximamente) por todos los jugos de la Tierra?
Necesitamos la esperanza para que nuestra alegría sea perfecta.
Somos semejantes a esos soldados que caen en el curso del ataque del que saldrá la paz. Dios no es vencido una primera vez por nuestra derrota, porque si bien parece que sucumbimos individualmente, el mundo, en el que revivimos, triunfa a través de nuestros muertos.
No desear sino lo que se tiene es tener cuanto se desea.
El perro sabe, pero no sabe que sabe.
Para estar totalmente a gusto, para ser completamente feliz, necesitaba saber que existe algo esencial de lo cual todo lo demás no es sino un accesorio, o bien un ornamento.
El amor universal no sólo es psicológicamente posible, sino la única, completa y definitiva forma de amar.
El alma humana está hecha para no estar sola.
¿En qué momento llegan a adquirir dos amantes la más completa posesión de sí mismos, sino en aquel en que se proclaman perdidos el uno en el otro?