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La identidad de género está entre los oídos, no entre las piernas.
Pere Estupinyà
Cuando tomamos una decisión compleja de manera irrevocable, tendemos luego a ver los aspectos que la refuerzan en lugar de los que la contradicen.
Interesarse más por lo desconocido que por lo que ya sabemos. Es así como viviremos intelectualmente estimulados por el nuevo conocimiento, ilusionados en aprender de manera constante.
Tiene algo de absurdo preocuparse sobremanera de saber si hay vida después de la muerte cuando acabamos de descubrir que hay vida antes de la muerte.
Creemos que valoramos y decidimos con base en experiencias fidedignas, pero en realidad lo hacemos según recuerdos falseados que proyectamos hacia el futuro.
Qué ignorantes seríamos sin el conocimiento científico.
Creemos que primero calculamos de manera racional y luego decidimos, pero en realidad decidimos de manera emocional y luego nos justificamos racionalmente.
A las personas con autoestima alta el pensamiento positivo les refuerza y, efectivamente, sí provoca un efecto favorable. Pero en las que tienen baja autoestima, ocurre lo contrario de lo que aseguran la mayoría de los libros de autoayuda: el pensamiento positivo puede hacer más mal que bien.
Asumiremos que las dudas son más interesantes que las certezas, y estaremos predispuestos a que nuestras ideas evolucionen en lugar de quedarse estancadas.
El dogma de maximizar el bienestar a base de maximizar la libertad es erróneo; tener algunas opciones es mejor que ninguna, pero muchas es peor que algunas. En la mayoría de los casos.
Nos gusta algo por la emoción que nos genera. Y sabemos que, en cuestión de emociones, el poder de las primeras impresiones es enorme.
En la mayoría de las ocasiones, las cosas nos gustan de manera irracional. Nos gustan porque nos gustan. Y lo que hacemos después es justificarlo con explicaciones racionales.
Rascar donde no pica es dejarte seducir por nuevos intereses además de los que ya tienes, mantener un constante espíritu de búsqueda entre lo desconocido y permitir que la curiosidad sea la que guíe tu aprendizaje.
El cuestionamiento constante del conocimiento establecido es lo que ha propiciado las grandes revolucionesintelectuales de la historia.
El sexo es un acto irracional, que suele desencadenarse acompañado de estados emocionales muy intensos.
El sexo es la actividad que nos hace sentir más felices, al menos de forma temporal.
La memoria es una acumulación de distorsiones.
Nacemos con un instintomoral que la evolución ha configurado en nuestro cerebro. Luego las culturas se encargan de potenciarlo o distorsionarlo.
Las personas cuya confianza en sus creencias se ve amenazada responden defendiéndolas con mucha más energía que aquellas en que nada ni nadie ha intentado minar su seguridad.
¡Claro que no somos sólo química! También somos... somos... ¡Seguro que debe de haber algo más! ¿O no?
Después de tantas divagaciones inútiles o casi, sabemos ahora también que la belleza es la ausencia del dolor.