Imágenes
Es Dios en dar de pecho tan hidalgo y tiene como tal tan rico modo, que, dado que a ninguno lo dé todo, al fin a nadie deja de dar algo.
Pedro de Oña
¡Oh, bienaventurada aquella gente de pecho limpio y ánimo sincero, do vive amor tan puro y verdadero que no publica más de lo que siente; que no le mueve ilícito accidente, que el interés con él no vale un cero, y es a querer de solo un fin movido, Cual es querer no más y ser querido!
Ni en burlas parezcáis al temeroso, pues nunca fue seguro parecerlo, así como jamás dejó de serlo el parecer valiente y animoso; y si estuviese en serlo el ser medroso tened aviso grande en conocerlo, que suele disfrazarse el miedo helado alguna vez con máscara de osado.
Al fin conviene en todo tanto el orden, que la bondad es mala con desorden.