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¡Qué prontamente, qué fácil, en los celos, las mentiras sientan plaza de verdades!
Pedro Calderón de la Barca
Que es dolor el de celos tan extraño que se deja curar aun del engaño.
Del más hermoso clavel, pompa de un jardín ameno, el áspid saca veneno, la oficiosa abeja miel.
Porque a nadie convalece el amor mejor ni más presto, que un enamorado ausente.
El que olvidar solicita, no olvida cuando se acuerda de que se acuerda que olvida.
Pues que la vida es tan corta, soñemos, alma, soñemos otra vez; pero ha de ser con atención y consejo de que hemos de despertar deste gusto al mejor tiempo; que llevándolo sabido, será el desengaño menos, que es hacer burla del daño adelantarle el consejo.
¡Ah qué abrazo tan ruin el que la necesidad hace dar, y no sentir!
A quien la puede tomar, excusada es la licencia.
Tenemos un Cielo tan piadoso, que no envía el daño sin el remedio.
Y para mí, el que es valiente es todo lo demás, puesto que el ánimo es don del alma, y la agilidad del cuerpo.
Como los hombres pusieron la ley a su parecer, dejaron a la mujer lo peor.
A quien aspira a reinar cada hermano es un estorbo.
Hay cosas que cuesta más el decirlas que el pasarlas.
Y aun no cabe lo que siento en todo lo que no digo.
Palaciegas discreciones, poco fruto y mucho ruido.
No hay ausencia sin celos.
¡Oh tú, plausible error de los errores, mina sagaz de dóricos espacios, dorado panteón de los palacios, dolor apetecido, falaz amor, agravio consentido, perniciosa alabanza, culpa ajena de propia confianza! Áspid disimulado, y, en fin, ¡oh tú, delito tolerado, oh tú, lisonja!..
La vida es un hermoso sueño y lo quiero vivir despacio.
Es la vida un camino que al nacer empezamos y al vivir proseguimos y aún no tiene su fin cuando morimos.
Nunca en razón la cólera consiste.
Tal vez desnuda un amigo la espada, para esgrimir con otro, y le viene a herir como si fuera enemigo. Su destreza es un castigo, y así usar della es un error.
Siempre que odio y amor compiten, es el amor el que vence.
Que el decir es fácil uno que se ausenta, mas no el ausentarse, si hay quien lo detenga.
Aunque te aconsejes tarde, mira, oh joven imprudente, que ser con ira valiente no es dejar de ser cobarde.
¡Cuánto inútiles son aquellos que de sus conversaciones no dejan algún provecho al que las oye!
La intención hace el agravio.
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.
El valor nunca mata a sangre fría.
De males a bienes dicen que se pasa fácilmente; pero de males a males, digo yo que es más frecuente.
No digo que verdad sea mi deshonra; mas quien tiene sangre hidalga, no ha de aguardar a creer, que el imaginar le basta.
(Amor) no es Deidad, sino quimera que inventaron las delicias, para honestar las flaquezas.
Pues ningún loco se hallare que más incurable fuera, si ejecutara y dijera un hombre cuanto pensare.
El caer no ha de quitar la gloria del haber subido.
No diga que tiene amor quien no tiene atrevimiento.
Aun en sueños no se pierde el hacer bien.
La voz del pueblo es la más sonora salva.
Porque nunca está mejor aquel que se desagravia con la venganza que toma, que dejando de tomarla, porque no hay venganza como no haber menester venganza.
O calla o di algo que mejor que callar sea.
La muerte siempre es temprana y no perdona a ninguno.
No diga que quiere bien quien libre, alegre y contento, piensa o habla en otra cosa; que amor es del almadueño.