Imágenes
La muerte es el puerto de todos los dolores.
Pedro Antonio de Alarcón
Si no has de amarme, dime que retire de ti mi admiración; si no he de amarte, haz que nunca te mire.
Las heridas del corazón no se curan. Pero se tratan, como dicen los facultivos.
Te miro, y lloro porque no me miras: me miras, y suspiro al hallar el desdén en tu mirada: suspiro, y lloro porque no suspiras, suspiras ¡ay! Y acongojado miro que no es por mí...
Yo sé que todo sueño es desatino, y el tuyo no pasó de ser un sueño.
Los amores vulgares necesitan el miedo para alimentarse, para no decaer.
Tenemos el clavo... Ahora sólo me falta encontrar el martillo.
Pero lo vi... Mi espíritu sin calma era ya de tu espíritu un reflejo... Toda mi alma se espació en tu alma, y en ella viose como en claro espejo.
El que va tras flores halla espinas. El que va tras espinas halla flores.
La raza judía era como yo la sospechaba, como la tenía en la imaginación, como la había leído en Shakespeare y otros poetas.
Las gracias que hoy te adornan, los dones inmortales que la naturaleza gentil te prodigó, tu eterna vestidura de encantos virginales, tu nombre bendecido cantar pretendo yo.