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En ciertos momentos, las palabras no significan nada, son el tono en el cual se pronuncian lo que importa.
Paul Bourget
Los bosques han enseñado libertad al hombre.
Hay solamente una cosa infame en el amor, y es la falsedad.
La mujer que nos abandona cuando mayor era nuestro amor, nos ahorra meses o años de pequeñas desilusiones. El hombre es ingrato para éste como para otros favores.
La felicidad reúne, pero el dolor une.
Hay que vivir como se piensa, si no se acaba por pensar como se ha vivido.
Tenga el valor de vivir grandes emociones profundamente para crear un carácter alto y verdadero.
En amor todo ha terminado desde el día en que uno de los dos amantes piensa que sería posible una ruptura.
El corazón de cada uno es un mundo aparte, y pretender definir el amor, esto es, todos los amores, supone para todo aquel que ha vivido, una pretensión insostenible.
No son las traiciones de las mujeres, las que nos enseñan a desconfiar, de estas últimas; son nuestras propias traiciones.
La suerte es el pecado del virtuoso y la virtud del inútil.
Las mujeres tienen un modo angelical de no darse cuenta de las familiaridades que los hombres se permiten con ellas.
Todo lazo de amor queda deshecho en el instante mismo en que uno de los dos amantes ha creído que era posible la ruptura.
Una amistad noble es una obra maestra a dúo.
Siempre queda un rinconcillo silencioso, aun en las más sinceras confesiones de una mujer.
Existe un solo procedimiento para ser feliz merced al corazón, y es no tenerlo.
En la ciencia uno se trata de explicar lo que no se sabía antes de manera que se entienda. En la literatura uno se comporta justo al contrario.
El matrimonio es la traducción en prosa del poema del amor.
Hay labios tan finos que en vez de besar cortan.
El erotismo sobrevive a todo.
Lo que ciertos hombres perdonan más difícilmente a una mujer es que se consuelen de haber sido burladas por ellos.
Me llamas tu vida, llámame tu alma; porque el alma es inmortal, y la vida es un día.